Sarah Santaolalla pone del revés a Almeida en TVE con estas lapidarias palabras: “Un adulto tan no funcional”
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La analista política Sarah Santaolalla retrata a la perfección las capacidades del alcalde de Madrid tras aprobar la polémica iniciativa sobre aborto de VOX
Sarah Santaolalla ha puesto de vuelta y media a José Luis Martínez-Almeida, el alcalde de Madrid, después de aprobarse una iniciativa de la extrema derecha (VOX) que obliga a informar a las mujeres que quieren abortar del supuesto “síndrome post aborto”. Algo que la ciencia no respalda.
Ante la polémica que ha suscitado este asunto, el regidor del Ayuntamiento de la capital ha tenido que recular, diciendo ahora que el “síndrome post aborto” no existe y que la información que se ofrezca a las mujeres será solo voluntaria. Eso sí, dicha iniciativa de la ultraderecha se mantendrá.
Mientras tanto, el gobierno de Pedro Sánchez ha criticado la deriva antiabortista del Partido Popular y ha anunciado que será garante en el derecho de las mujeres a abortar, recogiéndolo en la Constitución.
Pues bien, todo ello ha sido tratado en ‘Mañaneros 360’ de TVE, y Sarah Santaolalla no se ha andado con rodeos en su réplica a Almeida.
“Lo que me sorprende es que el mismo hombre que presumía en entrevistas de no saber hacer un huevo frito y que se casaba para no ser un adulto tan no funcional, un señor que ha presumido de no saber liderar su vida y no tener capacidades de adulto, pretenda liderar y mandar sobre los cuerpos de las mujeres“, ha sentenciado Santaolalla sin titubeos.
Unas palabras absolutamente demoledoras que retratan a la perfección al alcalde madrileño y que la colaboradora ha continuado:
“Un señor que abiertamente -no lo digo yo, lo dijo él en una entrevista- presumió de no saber hacer un huevo frito… pero sí que sabe cómo tenemos que actuar las mujeres”.
“Eso sí que me parece absurdo. Y que la Constitución blinde el derecho al aborto es algo necesario y me parece de justicia para las mujeres en este país; para que cuando lleguen estos machistas al gobierno no puedan hacernos retroceder y no puedan mandar sobre nuestros ovarios“, ha rematado Sarah Santaolalla.
Las palabras de Sarah Santaolalla no tardaron en provocar un auténtico terremoto político y mediático. En cuestión de horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo hacia la colaboradora de TVE, a quien muchos definieron como “la voz que hacía falta en la televisión pública”.
Otros, sin embargo, la acusaron de “falta de respeto institucional” por dirigirse de ese modo al alcalde de Madrid.
Lo cierto es que sus declaraciones reabrieron un debate que parecía enterrado: ¿puede la televisión pública ser un espacio de confrontación política directa?
El propio Almeida, visiblemente molesto, intentó restar importancia a la polémica declarando ante los medios que “no pierde el tiempo en polémicas televisivas”.
Sin embargo, varios miembros del Partido Popular salieron en su defensa, tildando las palabras de Santaolalla de “demagógicas y ofensivas”.
Desde Vox, el diputado Javier Ortega Smith fue más allá y exigió al Consejo de RTVE “medidas disciplinarias inmediatas” contra la comunicadora, acusándola de “propagar discurso de odio hacia los hombres”.
Mientras tanto, las palabras de Santaolalla fueron celebradas desde el otro lado del espectro político. La ministra de Igualdad, Ana Redondo, compartió un fragmento del programa en la red X con el mensaje:
“Gracias, Sarah, por decir lo que muchas pensamos. La libertad y el cuerpo de las mujeres no se negocian.” También la exministra Irene Montero rompió su silencio para aplaudir su valentía: “El machismo institucional se combate con hechos y con voz, y Sarah hoy ha demostrado tener ambas cosas.”
En los foros feministas, el discurso de Santaolalla fue interpretado como un símbolo del hartazgo ante la hipocresía política de ciertos sectores conservadores, que —como ella misma señaló— pretenden “legislar sobre los cuerpos de las mujeres mientras presumen de ignorancia en lo más básico de la vida cotidiana”.
En pocas horas, el hashtag #GraciasSarah se convirtió en tendencia nacional, acompañado de mensajes de periodistas, actrices y activistas.
Desde el ámbito periodístico, algunos colegas defendieron su intervención como un ejercicio legítimo de libertad de expresión en un programa de debate.
Otros recordaron que RTVE atraviesa un momento de tensión interna por las acusaciones de censura y manipulación política, y que el caso Santaolalla podría marcar un precedente sobre los límites del comentario político en la televisión pública.
Sarah, por su parte, se mantuvo firme y no se retractó. En una publicación posterior, escribió:
“No se trata de huevos fritos, sino de responsabilidad política. Si no sabes cuidar ni de ti mismo, no pretendas decidir por las demás.” Su mensaje volvió a viralizarse, confirmando que su intervención no fue un desliz, sino una declaración de principios.
Y así, mientras el gobierno prepara la reforma constitucional para blindar el derecho al aborto, las palabras de Sarah Santaolalla han puesto frente al espejo a toda una clase política incapaz de asumir que el cuerpo de las mujeres no pertenece a ningún partido ni ideología.
Las palabras de Sarah Santaolalla han resonado con fuerza en todos los rincones de las redes sociales, generando una ola de indignación y aplausos a partes iguales. Su comentario, pronunciado en directo en Mañaneros 360, ha sido calificado por muchos como “el golpe más certero al machismo institucional en mucho tiempo”.
Sin embargo, también ha desatado una avalancha de críticas desde los sectores conservadores, que la acusan de “faltar al respeto al alcalde” y de “utilizar la televisión pública como herramienta ideológica”.
Twitter y X se convirtieron en el campo de batalla. Mientras miles de usuarios celebraban su valentía con el hashtag #SantaolallaTieneRazón, otros exigían su destitución inmediata de RTVE, tachándola de “radical” y “activista disfrazada de periodista”.
Entre los defensores de Almeida, algunos portavoces del Partido Popular lamentaron “el tono agresivo y el desprecio hacia las instituciones”, tratando de minimizar el fondo del mensaje y centrándose en las formas.
Desde el ámbito feminista, en cambio, la intervención de Santaolalla fue recibida como un acto de resistencia ante el discurso reaccionario que intenta restringir derechos conquistados.
Varias asociaciones de mujeres emitieron comunicados de apoyo, recordando que “defender la autonomía del cuerpo femenino no es ideología, es dignidad”.
Incluso algunos periodistas veteranos salieron en su defensa, destacando que “decir verdades incómodas también forma parte del periodismo”.
Lo que parecía una simple tertulia matinal terminó por convertirse en un símbolo de la fractura política y social que atraviesa España.
Santaolalla, por su parte, no se ha disculpado: “No es una cuestión de cocina, sino de poder. Y ya es hora de que algunos hombres dejen de creerse los dueños de nuestras decisiones”, sentenció.
