Esta es la razón por la que Risto Mejide rompió el silencio y exigió a Ana Redondo que asumiera responsabilidades por un escándalo que desató una enorme indignación en la opinión pública: una grave acusación que podría hacer tambalear al Ministerio de Igualdad y abrir un debate político sin precedentes en España.(NQ)

Risto Mejide pide la dimisión de la ministra de Igualdad, Ana Redondo, por el caso de las pulseras de maltratadores: “Es suficiente motivo”.

 

 

 

 

 

El pasado viernes, hablaron con un ex trabajador que les dio todos los detalles sobre el funcionamiento de estos dispositivos.

 

 

 

 

 

 

 

 

Risto Mejide ha querido empezar el programa de ‘Todo es Mentira’ este lunes, 22 de septiembre, con una crítica y petición directa a la ministra de Igualdad, Ana Redondo.

 

 

El presentador cree que el caso de las pulseras de maltratadores es suficiente para que deba dimitir.

 

 

“Deciros que son las 15 y 32, del lunes, 22 de septiembre, y la ministra de Igualdad sigue sin dimitir.

 

 

A esta hora todavía no ha dimitido, es más, su reacción ha sido la huida hacia delante, llamando a todo el mundo bulero, mentiroso y con una versión que nadie más confirma, y que todo el mundo desmiente”, señaló.

 

 

 

 

 

 

“Lo vais a ver durante toda la tarde, porque hoy vamos a hablar con varias personas relacionadas con el caso del fallo de las pulseras para maltratadores.

 

 

Dispositivos que deberían suponer cierta seguridad”, prosiguió diciendo.

 

 

“El caso de las pulseras es absolutamente desastroso, kafkiano y, si me permitís, suficiente motivo como para hacer caer a la titular de un ministerio”, sentenció, dejando clara su postura sobre este controvertido tema.

 

 

 

Risto Mejide: “Según la ministra, fue un fallo mínimo”.

 

 

 

“Hasta el pasado viernes, la versión oficial del ministerio era que todo se reducía a un error en la transmisión de datos, en la migración de datos, que impidió seguir el movimiento de algunos maltratadores, que, según la ministra fue un fallo mínimo que solo había provocado problemas en un 1% de los casos, como si eso, fuera mínimo, apenas apreciable”, comentó Risto.

 

 

 

 

 

 

“Pues todo eso cambió, el viernes, en este programa, escuchamos a un ex trabajador que se dedicaba a controlar el sistema de pulseras y lo que nos contó ha sido recopilado por numerosos medios de comunicación”, apuntó.

 

 

Mostrando imágenes de lo que esta persona les explicó.

 

 

Este ex trabajador del ministerio de Igualdad dio algunos detalles como “uno estaba controlado por nosotros, otros estaban controlados por la nueva empresa, de esa manera desconocíamos la distancia real y nos enfrentábamos a graves problemas de seguridad”.

 

 

 

 

“Teníamos las líneas habilitadas cuando nos llamaban las mujeres indicando que estaban viendo al agresor o que tenían un problema de seguridad, inmediatamente activábamos protocolo y llamábamos a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. O

 

 

 

bviamente yo necesito geolocalizar a las dos partes, tanto a la víctima como al agresor.

 

 

 

Cuando intento geolocalizar al agresor y no tengo sus datos, tengo que llamar a esa nueva empresa, a ese servicio y teníamos largos tiempos de espera de hasta más de 8 y 10 minutos de espera en que me atendiesen, en emergencias los segundos cuentan”, explicó.

 

 

O, por ejemplo: “Cuando yo llego a la nueva sala operativa me enfrento a un panel en el que se registran más de 700 señales.

 

 

Es imposible acudir a 700 señales. Nosotros por pliego tenemos que atender un sistema de alertas en x tiempo, menos de 3 minutos las señales críticas, había señales que no se habían tramitado en días”.

 

 

La ministra Ana Redondo, por su parte, se enfrenta a uno de los momentos más difíciles de su mandato.

 

 

La presión mediática y social es inmensa, y su capacidad de respuesta será clave para recuperar la confianza de la ciudadanía.

 

 

La gestión de la crisis determinará no solo su futuro político, sino también el rumbo del Ministerio de Igualdad en los próximos años.

 

 

La protección de las víctimas de violencia de género exige compromiso, recursos y voluntad de mejorar, y el caso de las pulseras ha puesto de manifiesto que aún queda mucho por hacer.

 

 

A medida que se suceden las investigaciones y los testimonios, queda claro que el debate sobre las pulseras para maltratadores es mucho más que un asunto técnico.

 

 

Es un reflejo de las prioridades políticas, la sensibilidad social y la capacidad del Estado para proteger a los más vulnerables.

 

 

La exigencia de dimisión de Ana Redondo, liderada por Risto Mejide y respaldada por una parte significativa de la opinión pública, marca un antes y un después en la gestión de la violencia de género en España.

 

 

El desenlace de esta crisis será determinante para el futuro de las políticas de igualdad y protección a las víctimas.

 

La sociedad exige respuestas claras, medidas eficaces y responsabilidades políticas.

 

 

El caso de las pulseras para maltratadores ha puesto en evidencia las debilidades del sistema, pero también la fuerza de una ciudadanía comprometida con la justicia y la seguridad.

 

 

La ministra Ana Redondo tiene ante sí el reto de recuperar la confianza y demostrar que el Ministerio de Igualdad está a la altura de las circunstancias.

 

 

Related Posts

Our Privacy policy

https://celebridad.news25link.com - © 2025 News