El presentador de ‘El tiempo justo’ se ha sincerado sobre su nueva era en las tardes y cómo ha logrado conciliarlo con su vida personal

 

 

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Joaquín Prat (50 años) se encuentra en una etapa vital muy dulce.

Antes de verano se anunció que el presentador iba a ponerse al frente de ‘El tiempo justo’, el nuevo programa de las tardes en ‘Telecinco’ que ha sustituido a ‘Tarde AR’.

Un formato en el que hablar de la actualidad política, social y televisiva y con el que han querido hacer un guiño al programa que presentaba el padre de Joaquín.

Demostrando su profesionalidad, el conductor se ha sabido adaptar a las mil maravillas a este nuevo espacio, sin perder su toque personal.

Prueba de ello es que hace nada dio rienda suelta a su espontaneidad al vaticinar quién sería el primer expulsado de ‘Supervivientes All Stars’.

Para sincerarse sobre esta nueva era en su trayectoria profesional y otros ámbitos de su vidas, Joaquín Prat ha concedido una entrevista a ‘LOC’.

Fue durante la celebración de las 1.000 funciones de WAH, el musical mejor valorado de Madrid, cuando el presentador charló con el citado medio.

“Es la tercera vez que vengo a WAH y me encanta, porque parte de las canciones están en la banda sonora de mi vida y recuerdo momentos muy especiales.

Es muy evocador.

Además, hay mucho cachondeo y el público es muy participativo”, contaba.

 

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Eso sí, a pesar de su admiración por el teatro musical, tiene claro que no sería capaz de participar en una obra así.

“No, porque presentar es lo único que sé hacer medianamente bien.

Para todo lo demás soy un desastre.

No sé ni cambiar una bombilla”, decía, con humor.

Joaquín Prat se sincera sobre su nueva etapa

Joaquín Prat se ha mostrado totalmente sincero sobre el nuevo espacio que tiene que capitanear.

“Cada día es más el programa que esperábamos que sea.

Evidentemente, no es una fórmula totalmente nueva, porque en los magacines de actualidad está todo inventado.

Pero, en ‘El tiempo justo’, lo nuevo es el enfoque, la forma de aproximarnos a los temas, lo nuevo es intentar encontrar el piel con piel con el espectador y en eso estamos”, explica, con orgullo.

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Es consciente que presentar un proyecto nuevo de este calibre implica mucha prueba y error.

“La temporada comienza llena de retos y desafíos, como en la profesión de todos.

Pero hay ganas de luchar.

Llevamos dos semanas y media y hay días mejores, días peores y días complicados.

Pero trato de no pensar en las audiencias.

Porque si las miro y son malas, ¿qué voy a hacer? ¿Cortarme las venas?”, expresaba el presentador.

 

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Tanto es así que en caso de comunicarle una mala audiencia, no se desanima.

“A mí me pagan por dar mi mejor versión y eso es a lo que voy todos los días.

Y cuando no nos va bien, me voy al saco y me lío a hostias con el saco.

Y ahí, a los cinco minutos, ya me he olvidado”, contó.

Esta paz mental y entereza es fruto de trabajarse interiormente durante muchos años.

“Es que llevo 17 años haciendo lo mismo.

Pero no siempre he sido tan tranquilo.

He tenido momentos muy malos, me han tenido que dar un toque y me han tenido que decir ‘por ahí no vayas'”, ha reconocido.

 

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Unas líneas rojas que él no interpreta como falta de libertad.

“Cuando comienzo un proyecto lo único que pido es que me permitan ser yo mismo”, afirma.

Algo que su cadena y los programas en los que ha estado le han permitido hacer.

“No tengo filtros, digo lo que pienso y digo lo que quiero”, ha indicado.

 

La conciliación con la vida privada

Un trabajo tan exigente como ‘El tiempo justo’ podría suponer que su vida personal se viera afectada.

Pero no es así.

Joaquín ha sabido guardar tiempo para su pareja, Alexia Pla (con la que dio a entender que iba a casarse) y el resto de su familia.

Hasta llegar a este punto, el presentador ha recurrido a ayuda psicológica.

“Sí, yo tengo a mi psicóloga, que es maravillosa. Le doy las gracias.

Se llama Paloma y le mando un beso”, aseguraba.

 

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Además, para él, su profesión es clave en su estabilidad mental.

“Mi terapia es tener trabajo.

Me sienta bien trabajar todos los días y disfrutar de los compañeros.

Además de escaparme a Baleares, estar con mi pareja e intentar educar de la mejor manera posible a mi hijo”, manifestó.

Esto le ha permitido encontrarse en un momento ideal en lo privado.

“Estoy de puta madre.

Como te he dicho, estoy en mi mejor momento”, dijo, sin tapujos.

Lo único que sí le pediría a la vida es tiempo, “que es lo único que no se puede comprar”.