Choque total: Maite Zaldívar revela cómo logró acceder al dinero oculto de Julián Muñoz y expone un “verdadero legado” que proyecta sombras sobre la enorme fortuna del exalcalde de Marbella. Entre acusaciones, sospechas y testimonios inéditos, el caso abre un nuevo capítulo que sacude a la opinión pública y despierta el interés de la prensa en uno de los escándalos más comentados de la última década, junto con incómodas preguntas sobre el origen de su patrimonio.(NQ)

Así se llevó Maite Zaldívar el dinero escondido de Julián Muñoz: La verdadera herencia.

 

 

 

 

La exmujer del exalcalde de Marbella dice que la herencia ‘estaba vacía’, aunque existen dudas sobre su dinero de Malaya.

 

 

 

 

 

 

 

Maite Zaldívar ha vuelto a colocarse en el foco mediático tras la muerte de su exmarido, el exalcalde de Marbella Julián Muñoz.

 

 

En una intervención televisiva ha asegurado que “la herencia estaba en su mayoría embargada” y que, tanto ella como sus hijas, apenas han recibido nada.

 

 

Su relato, para algunos, tiene un tono victimista. Para otros, reabre viejas heridas y deja en evidencia la sombra de las fortunas ocultas de Muñoz, un dinero que durante años circuló en bolsas de basura, cuentas en Suiza y sociedades interpuestas.

 

 

 

 

 

 

Durante su matrimonio, Zaldívar formó parte de una unidad familiar sostenida casi exclusivamente por los ingresos de Muñoz.

 

 

Sus propias nóminas apenas alcanzaron los 9.500 euros en la empresa municipal Turismo 2000 a finales de los noventa.

 

 

A la primera hija de Zaldívar, Eloísa, fruto de otra relación, y que fue adoptada por Muñoz, también se le conoció un pequeño salario en un supermercado, de menos de 4.000 euros.

 

 

Frente a ello, Muñoz cobraba unos 52.000 euros netos al año como concejal y después alcalde. Una cantidad insuficiente para justificar el patrimonio que amasó.

 

Ese desequilibrio explica que, cuando empezaron a aflorar los fondos ocultos, los beneficiarios principales fueran su mujer, sus hijas y su cuñado Jesús Zaldívar.

 

 

La estructura familiar se convirtió en canal de paso del dinero. Primero en metálico, luego en complejas transferencias desde Suiza.

 

 

El dinero en bolsas y las cuentas en Suiza.

 

 

Zaldívar siempre reconoció que en la casa familiar entraban bolsas de basura llenas de billetes.

 

 

Según declaró a la policía, cuando abandonó el hogar se llevó alrededor de 300.000 euros en efectivo.

 

 

Ese dinero procedía, aseguró, de las comisiones que cobraba Muñoz durante sus años al frente del Ayuntamiento.

 

Paralelamente, el exalcalde mantenía capitales ocultos en bancos suizos.

 

 

La entidad Ferrier Lullin, luego absorbida por Julius Baer, acogió varias cuentas a nombre de sociedades pantalla.

 

 

En una de ellas, con el extravagante nombre de Damadenoche, se movieron casi 900.000 euros en apenas dos meses de 2003.

 

 

 

El proceso incluía la participación del cuñado de Muñoz, Jesús Zaldívar, que se convirtió en su hombre de confianza para abrir cuentas y mover dinero.

 

 

A través de una sociedad registrada en Delaware, Meja INC, los fondos pasaban de Suiza a Gibraltar y, finalmente, a Marbella.

 

 

Allí eran retirados en efectivo y recolocados en otras cuentas controladas por la familia.

 

 

Entre 2003 y 2006 se registraron más de un centenar de movimientos por más de 600.000 euros.

 

Propiedades y sociedades.

 

 

El dinero no se quedaba en los bancos. Se transformaba en ladrillo y en empresas.

 

Una de las operaciones más llamativas fue la compra de la sociedad Senior Servicios Generales Madrid SL.

 

 

Propiedad del constructor José Miguel Villarroya, pasó a manos de Zaldívar por solo 3.500 euros.

 

Con la sociedad venía un piso en la avenida Ricardo Soriano de Marbella, libre de cargas y con garaje incluido.

 

 

En paralelo, el matrimonio consolidó un chalé en la urbanización Las Petunias, inscrito a nombre de sus hijas Eloísa y Elia.

 

 

Ninguna tenía ingresos conocidos, pero el inmueble quedó a su nombre gracias a un juego de préstamos hipotecarios y pagos de IVA cubiertos por las empresas de Villarroya.

 

 

Esa operación reforzó la sospecha de que Muñoz colocaba patrimonio en manos de sus hijas para salvaguardarlo.

 

 

 

El caso de Elia, en particular, ha sido señalado por los investigadores como ejemplo de cómo el exalcalde trasladó bienes a su familia directa para blindar su fortuna.

 

 

Las sociedades Outdoor Aventure, Alabama Consulting y Batua SA sirvieron de apoyo para este entramado.

 

 

Todas vinculadas a Zaldívar, todas con movimientos de capital difíciles de explicar sin el dinero oculto de Muñoz.

 

 

La versión de Zaldívar tras la muerte de Muñoz.

 

 

Con el fallecimiento del exalcalde en septiembre de 2024, Zaldívar ha reaparecido en varios programas de televisión.

 

 

Ha insistido en que la herencia carecía de valor, que estaba embargada casi por completo y que ella y sus hijas renunciaron ante notario.

 

 

Según su relato, no hay dinero escondido ni propiedades rentables.

 

 

Afirma que hoy solo cuenta con la pensión de viudedad y que se casó de nuevo con Muñoz poco antes de su muerte por motivos sentimentales, no económicos.

 

 

 

 

 

“¿Tú crees que por una pensión me voy a casar? Con una exclusiva habría vivido el resto de mi vida”, dijo en una entrevista reciente.

 

 

Sin embargo, sus palabras contrastan con el pasado judicial, que la situó como beneficiaria de transferencias por más de 400.000 euros y de operaciones inmobiliarias que difícilmente podrían explicarse sin la intervención del dinero de su exmarido.

 

 

 

Un relato con sombras.

 

 

Zaldívar insiste en que el patrimonio de Muñoz desapareció bajo el peso de embargos y sentencias.

 

 

Y es cierto que la justicia le exigía más de 46 millones de euros y que apenas se devolvieron unos 370.000.

 

 

Su pensión de jubilación llevaba años embargada en un 30 %. Incluso los beneficios que recibió por participar en una docuserie en 2022 fueron retenidos.

 

Pero la contradicción persiste. La investigación del caso Malaya dejó claro que Muñoz desvió al menos 3,5 millones de euros de forma ilícita.

 

 

Parte de ese dinero llegó a Zaldívar, a sus hijas y a su cuñado.

 

 

También a Isabel Pantoja, con quien el exalcalde compartió vida y negocios durante años.

 

 

La tonadillera adquirió inmuebles con pagos en metálico y recibió ingresos fraccionados que, según la justicia, no podían explicarse por sus galas.

 

 

 

El discurso de Zaldívar conecta con una visión de víctima, atrapada en una maraña de embargos y condenas que arrasaron con su vida.

 

 

Pero los datos de las investigaciones judiciales muestran otra imagen: la de una mujer que participó en operaciones financieras con dinero procedente de actividades ilícitas.

 

Hoy, más de dos décadas después del estallido del caso Malaya, el dinero de Julián Muñoz sigue siendo un misterio.

 

 

Sus herederos han renunciado a la herencia por las deudas. Zaldívar asegura que no queda nada.

 

 

Sin embargo, la sombra de cuentas en Suiza y de propiedades en manos de familiares mantiene viva la duda.

 

 

La historia de Muñoz y Zaldívar es la de un matrimonio que se sostuvo sobre un caudal de dinero opaco, un patrimonio construido al calor del poder político en Marbella y que acabó derrumbado en los tribunales.

 

 

El paso del tiempo no ha despejado las incógnitas. Y mientras Zaldívar se presenta como una mujer que perdió todo, la pregunta que muchos se hacen sigue sin respuesta: ¿dónde está realmente el dinero de Julián Muñoz?

 

 

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