La inesperada vida del monje torero Juan García “Mondeño” se retransmite en televisión: de una humilde choza a un lujo inesperado. Los secretos inesperados de su historia personal se convirtieron en un fenómeno mediático, desatando debate y fascinación sobre la dramática transformación de una figura que pasó del silencio espiritual a la fama televisiva, finalmente revelada, alimentando un acalorado debate sobre la frontera entre la fe y el entretenimiento.(NQ)

La vida del fraile torero ‘Mondeño’ salta a TV: De una choza al lujo y su homexualidad.

 

 

 

 

 

El gaditano Juan García, fallecido en 2023, fue un torero referente en el franquismo que cambió los ruedos por el hábito.

 

 

 

 

 

 

 

 

Hace unos días se presentaba oficialmente el documental ‘Juan García Mondeño: el torero místico’.

 

 

Un trabajo televisivo dirigido por M. Rogelio Gordo y el periodistsa taurino Juan Belmonte, con Juan Antonio Navarro como director de fotografía.

 

 

Un documental que hace un detallado repaso de la singular trayectoria de Mondeño. 

 

 

Aquel torero que nació en 1934 en una choza de Puerto Real (Cádiz) y acabó coleccionando coches de gran lujo y visitando los mejores restaurantes del mundo, tras dejar los hábitos de fraile.

 

 

La figura de Juan Garcia Mondeño fue una de las más relevantes del siglo XX y aunque muchos de los cronistas taurinos de la época le auguraban una fulgurante carrera como matador, lo cierto es que se truncó en torno a una decisión que marcaría su vida: la toma de hábitos dominicos.

 

 

 

Mondeño nunca fue un torero al uso. Sobre todo por su homexualidad, que acabó viviendo de manera desenfadada y natural en París.

 

 

Ser torero en el franquismo y homosexual era algo penado. Y hoy en día lo sigue siendo; en un arte, donde los toreros parecen tener que demostrar su masculinidad por encima de todo.

 

 

 

Mondeño ‘huyó’ de España. Dejó los ruedos y abandonó años después los conventos para formar finalmente una sólida pareja con el alemán Ralf Bunger, que estuvo a su lado hasta su muerte el 6 de enero de 2023 en su casa sevillana de Sanlúcar la Mayor.

 

 

 

Ese día, el mundo de la tauromaquia se tiñó de luto. Mondeño fue uno de los toreros más influyentes durante el franquismo. A la altura de Antonio Ordóñez o Luis Miguel Dominguín. Y falleció en la víspera de cumplir 89 años.

 

 

Ahora, este documental descubre al torero como persona. Como también su sentido del humor, su deslumbrante personalidad o la complicidad con sus compañeros en el ruedo (desde Pedro Martínez Pedrés, Diego Puerta, Paco Camino a Curro Romero, por citar algunos).

 

 

Y refleja a través del relato de su compañero vital, el aleman Ralf Bunger, las peripecias del fraile torero una vez alejado de España, de los ruedos y de los conventos. Cuenta su otra vida de lujo por ciudades como París, México, Londres, etc.

 

 

 

La singular historia vital de ‘Mondeño’ fue publicada hace ya tiempo en elcierredigital.com, gracias al escritor y periodista Luis Fernando Romo.

 

 

Pero ahora a raíz de la aparición de este posterior documental televisivo, la volvemos a rescatar con todo tipo de detalles inéditos.

 

 

 

Esta es la verdadera trayectoria del fraile torero del franquismo, quien años después salió del armario con gran personalidad y fuerza.

 

 

El origen humilde de Mondeño.

 

 

 

A dos años del estallido de la Guerra Civil, la localidad gaditana de Puerto Real era una en las que el hambre y la miseria estaba a la orden del día.

 

 

El 7 de enero de 1934 nacía Juan García Jiménez  en el seno de una familia muy humilde, que habitaba en una choza.

 

 

A la falta de recursos económicos, Mondeño encontró en el arte del toreo una forma de ganarse la vida.

 

 

 

 

 

 

Logró debutar en 1956 en el Puerto de Santa María y un año después ya triunfó como novillero en la Real Maestranza de Sevilla, donde salió por la Puerta del Príncipe.

 

 

Fue en Sevilla donde tomaría precisamente la alternativa en 1959 de manos de Antonio Ordoñez, con Manolo Vázquez de testigo.

 

 

 

Una alternativa que confirmó en Madrid a principios de la década de los sesenta.

 

 

Su destreza le hacía destacar en los ruedos y Mondeño se postulaba como una de las leyendas de la época.

 

 

Nadie toreaba de forma tan estoica como él.

 

Vocación religiosa.

 

 

Mondeño comenzó a codearse con grandes de la época como Diego Puerta, Camino o Santiago Martín el Viti, por citar algunos maestros. Juan García fue adquiriendo gran popularidad.

 

 

Tanto que rodó la película ‘La Becerrada, junto a Ordoñez y Bienvenida. Total nada. Los dioses de la época.

 

 

Pero su carrera como torero dio un giro inesperado cuando sintió la llamada de Dios.

 

 

Esto cortocircuitó de repente su ascenso meteorico en los ruedos.

 

 

E hizo que ingresara ya en 1964 como novicio en un convento dominico, en Caleruega (Burgos).

 

 

“Siempre he querido ser misionero”, declaró años más tarde.

 

 

 

El NODO ya había dedicado varios espacios a su figura como torero y, por supuesto, la toma del hábito fue uno de los grandes acontecimientos de la época que retransmitió el espacio propagandístico del Régimen.

 

 

Sin embargo, un año más tarde Mondeño colgó los hábitos, abandonó los hábitos y regresó a los ruedos.

 

El matador reapareció primero en marzo en Lisboa. Y luego el 3 de abril de 1966 ya en España.

 

 

Y lo hizo en Marbella, junto a Paco Camino y Manuel Benítez, el Cordobés.

 

 

Pero su regreso también fue efímero, pues tres años después el diestro gaditano decidió desvincularse de la tauromaquia y se alejó por completo del mundo de los toros.

 

Mondeño se trasladó a Francia y fijó su residencia en París, aunque se desplazaba a menudo hasta el municipio sevillano de Sanlúcar la Mayor donde pasó sus últimos días en lo que era su guarida.

 

 

La homosexualidad del torero Mondeño.

 

 

Tras salir del convento, se especuló sobre las causas que motivaron al torero para no continuar en la orden de los Predicadores.

 

 

Los rumores apuntaban a una supuesta homosexualidad aunque nunca se confirmó. Hasta años después.

 

 

El alcalde de Caleruega, localidad donde se encontraba el convento de los dominicos, Pocholo Delgado, afirmó en su día que “en el pueblo se murmuraba mucho al respecto, se decía que le gustan los chicos más que los toros…”.

 

 

 

 

Muchas de las biografías sobre el torero, que posteriormente se escribieron, ya apuntaban a que, tras dejar el traje de luces, se marchó junto a su novio a México y París.

 

 

Se trataba del alemán Ralf Bunger, con el que ya formaría un solida y durarera pareja.

 

 

Su historia vital desde entonces cambió radicalmente. Se desinhibió por completo. Y vivió de bohemio rodeado de lujo.

 

 

Los coches de alta gama y los mejores restaurantes le persiguieron por las capitales más chic de Europa y Ámerica.

 

 

Ahora su vida novelesca vuelve a la actualidad con el documental ‘Juan García Mondeño: el torero místico’.

 

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