El “secreto a voces” de la familia más mediática de España ha estallado, y la onda expansiva amenaza con reescribir la historia que Rocío Carrasco vendió en su documental.
Testimonios, atestados policiales y un vídeo de seguridad, mantenidos ocultos por casi dos décadas, apuntan a un patrón de huidas nocturnas de Rocío Carrasco y sus hijos, Rocío Flores y David Flores, de la casa familiar de Valdelagua.
¿El presunto motivo? La “ira descontrolada” y los supuestos episodios de violencia de su pareja, Fidel Albiac.
La Gasolinera de la Verdad: El Punto de Fuga
La clave de este terremoto mediático reside en la figura de Carmen Ortega, cuñada de José Ortega Cano, quien rompió su silencio.
Durante un almuerzo en Chipiona, deslizó que ella y su marido, Aniceto, fueron testigos directos de varias fugas secretas en plena madrugada.
La escena se repitió tantas veces que una gasolinera cercana a la urbanización se convirtió en el punto de encuentro pactado.
Allí, a altas horas de la noche, Rocío Carrasco esperaba con sus hijos y un par de maletas improvisadas, a menudo en bata y zapatillas, huyendo de los supuestos gritos y golpes que, según los rumores, se escuchaban desde la calle.
El testimonio no habla de simples discusiones, sino de una situación tan límite que la propia Rocío Carrasco habría pedido socorro a la familia de su exmarido, José Ortega Cano, con la frase: “Venid ya, que esto se desmadra.”
Atestados Policiales y Testimonios Rompedores
La gravedad del asunto se disparó con la aparición de un expolicía y vecino de la urbanización, que ha filtrado la existencia de 17 atestados de patrulla entre 2003 y 2006.
Estos documentos oficiales, que nunca llegaron a juicio por “incomparecencia de la parte denunciante” (una maniobra legal para archivarlos), registran intervenciones por “fuerte altercado domiciliario, rotura de mobiliario” y, lo más alarmante, “petición urgente de traslado de menores por episodio de agresión verbal y riesgo de agresión física inminente.”
El policía asegura haber visto a Rocío Flores y David Flores salir “pálidos como la cera” en brazos de los agentes.
Sumado a esto, la niñera Irma Gómez, que ya denunció a Fidel Albiac por malos tratos en 2002, ha expresado su intención de apoyar cualquier causa que permita a Rocío Flores contar su verdad completa, una verdad que la menor insinuó en su día a la Fiscalía y que, de salir a la luz, “hundiría España”, según sus propias palabras en un plató de televisión.
Consecuencias y la Encrucijada de Rocío Flores
La revelación de estos hechos desmonta la imagen idílica de Fidel Albiac como “caballero protector” y sitúa el foco en un relato de miedo y silencio comprado.
La propia Rocío Carrasco se encuentra en una encrucijada: admitir las huidas supondría contradecir la versión de “víctima única” que ha defendido y que ha sido clave en su batalla judicial y mediática.
Mientras tanto, Rocío Flores, que lleva años en silencio por consejo legal, sopesa declarar ante notario.
La balanza se inclina a su favor, y la oportunidad de limpiar su nombre como la “villana del cuento” es inminente.
El escándalo no solo afecta a los protagonistas, sino también a la cadena pública y a los tertulianos que defendieron con fervor el relato del documental.
La pólvora está servida, y la Fiscalía de Menores podría reabrir el caso si se aportan pruebas frescas.
El silencio está a punto de romperse, y la verdad, tras años encerrada, amenaza con arrasar el castillo de naipes.