Ana Rosa tiene que rectificar así ante su pasividad cuando Ayuso atribuyó una falsa amenaza etarra al lehendakari.
Ana Rosa Quintana aclaraba la polémica e indignante acusación de Isabel Díaz Ayuso contra el lehendakari vasco en su programa tras el revuelo causado.
Isabel Díaz Ayuso vuelve a estar en el centro de la polémica por el gravísimo bulo que coló en su entrevista con Ana Rosa Quintana este lunes.
Y es que la presidenta de la Comunidad de Madrid se inventó una amenaza etarra del lehendakari vasco hacia ella y en el momento en el que lo dijo en ‘El programa de Ana Rosa’ no se le desmintió.
Sin embargo, tras el revuelo causado, y después de que tanto Silvia Intxaurrondo como Javier Ruiz hayan desarticulado el bulo de Ayuso, Ana Rosa Quintana ha tenido que rectificar este martes en directo y desmentir así lo que dijo la presidenta de la Comunidad de Madrid en su programa.
Según Isabel Díaz Ayuso, Imanol Pradales, el lehendakari le había dicho “Ayuso entzun, pim, pam, pum” en un acto el domingo y ella lo interpretó como que era una amenaza etarra pues era un cántico que se usaba en su día para apoyar a la banda terrorista.
“Me mandó un recado importante. Es lo que se decía antaño y me parece altamente preocupante, y estos son socios del Gobierno.
Ayuso, que te estamos siguiendo”, aseguró la política del PP ante Ana Rosa Quintana.
Pero la realidad es bien distinta tal y como la propia Ana Rosa Quintana ha reconocido este martes.
“Ayuso entzun, Euskadi euskaldun (Ayuso escucha, Euskadi es vasca)”, es lo que en realidad dijo el lehendakari aludiendo a la presidenta madrileña.
Una polémica a la que el propio Imanol Pradales se han pronunciado con gran malestar.
“Me indigna cómo se manipulan burdamente mis palabras y cómo se banaliza la violencia y a ETA. Es inaceptable“, aseguraba el líder del PNV.
Ana Rosa aclara las polémicas acusaciones de Díaz Ayuso a Pradales.
Por su parte, Ana Rosa Quintana reaccionaba este martes aclarando lo sucedido. “Ayer se generó una polémica en la entrevista de Ayuso por unas palabras del lehendakari Imanol Pradales.
Él dijo ‘Ayuso entzun, Euskadi euskaldun’. Ayuso no sé qué es lo que entendió, pero que ustedes sepan que la traducción exacta de lo que dijo es ‘Ayuso escucha, Euskadi es vasca’“, ha afirmado la presentadora.
“Pilar y yo estábamos en la mesa y le pregunté qué significaba.
Pedí que llamase a Terradillos para que nos lo tradujera, pero no cogió el teléfono.
Y hoy no quería que se quedase así“, terminaba diciendo la presentadora de ‘El programa de Ana Rosa’ en Telecinco.
Por otro lado, la actitud de Ayuso ha sido duramente criticada por la oposición y por numerosos analistas políticos.
La presidenta madrileña ha sido acusada de utilizar la mentira y la manipulación para atacar a sus adversarios y desviar la atención de los problemas reales de la Comunidad de Madrid.
La instrumentalización del terrorismo y la violencia en el discurso público es vista como una estrategia peligrosa que contribuye a la polarización y al deterioro de la convivencia democrática.
Las reacciones en el País Vasco han sido especialmente contundentes, con denuncias de “banalización de la violencia” y exigencias de respeto a la memoria de las víctimas de ETA.
Las redes sociales han amplificado el debate, con miles de usuarios reclamando mayor rigor y responsabilidad a los líderes políticos y a los presentadores de televisión.
La rectificación de Ana Rosa Quintana ha sido valorada positivamente por muchos, aunque también se le ha reprochado la falta de reacción inmediata ante la acusación de Ayuso.
El episodio ha servido para abrir una reflexión sobre el papel de los medios en la lucha contra la desinformación y la necesidad de establecer protocolos claros para la verificación de las declaraciones públicas.
En definitiva, la polémica generada por la acusación infundada de Isabel Díaz Ayuso contra el lehendakari vasco y la posterior rectificación de Ana Rosa Quintana en Telecinco han puesto de relieve las amenazas que enfrenta la democracia española en materia de comunicación y responsabilidad política.
La manipulación de la violencia y el terrorismo como arma electoral es una práctica que debe ser condenada y erradicada, y los medios de comunicación tienen la obligación de actuar como garantes de la verdad y la transparencia.
El episodio ha servido para recordar que la rectificación y el rigor informativo son esenciales para preservar el debate democrático y la convivencia en España.