Moncloa guarda silencio tras las últimas informaciones de la UCO: el Gobierno evita pronunciarse mientras crece la presión política y mediática. Las recientes revelaciones de la Unidad Central Operativa (UCO) han desatado una tormenta en los pasillos del poder. En Moncloa, el silencio se ha impuesto como estrategia: ningún portavoz ha querido ofrecer una respuesta clara sobre las investigaciones que, según diversas fuentes, podrían salpicar a figuras cercanas al Ejecutivo. “El Gobierno no tiene nada que ver con esas actuaciones”, se limitan a señalar desde Presidencia, intentando desmarcarse de cualquier vínculo con el caso. Sin embargo, la falta de explicaciones ha provocado más preguntas que certezas. Mientras tanto, la oposición exige transparencia inmediata y acusa a Sánchez de “esconder la verdad al país”. Los medios, por su parte, se hacen eco del creciente malestar interno y de los nervios en el entorno más próximo al presidente. Fuentes políticas reconocen que el tema se trata “con máxima discreción” dentro del Gobierno, y que cualquier declaración pública podría “agravar la crisis”. ¿Se trata solo de un episodio aislado o del preludio de un nuevo escándalo institucional? Por ahora, Moncloa resiste en silencio, observando cómo el ruido crece a su alrededor… y esperando que el tiempo apague el fuego antes de que se convierta en incendio político|TH

Se limitan a desmarcarse, lanzar balones fuera y reiterar que no existe financiación irregular en el PSOE.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la ministra de Hacienda María Jesús Montero, y Rebeca Torró, secretaria de Organización.-EFE/ Borja Sánchez-Trillo | EFE

La posición de Moncloa en el 'caso Leire'

Tras las últimas revelaciones del informe de la UCO, el Gobierno guarda silencio.

Ni siquiera ha reaccionado a los nuevos audios en los que el exasesor Koldo García sugiere, en una conversación con Santos Cerdán, que José Luis Ábalos fue apartado por corrupción.

Una afirmación que contradice la versión oficial sostenida hasta ahora por Moncloa.

En estos audios se habla sin tapujos de comisiones por obras, del enchufe de mujeres que habrían prestado servicios personales a Ábalos, y de regalos, reservas en restaurantes de lujo, vacaciones e incluso el pago de una matrícula universitaria.

Todo ello, con la sede de Ferraz señalada como el epicentro para la recogida de sobres.

Aun así, los socialistas se aferran a la defensa de que el reparto de dinero en efectivo no es más que “una práctica habitual” y completamente “legal”.

La UCO ha entregado al Tribunal Supremo nueva documentación clave sobre la trama, justo en la antesala de las declaraciones de José Luis Ábalos y Koldo García ante el alto tribunal.

Sin embargo, el Ejecutivo mantiene el silencio, sin pronunciarse más allá de las declaraciones evasivas.

Moncloa se ha limitado a desmarcarse, lanzar balones fuera y reiterar que no existe financiación irregular en el PSOE, a pesar de que la UCO ha detectado una cantidad de dinero cuya procedencia no ha sido justificada.

Y la única página en la que el Gobierno apoya su defensa, de un informe de casi 300, ni siquiera trata sobre la financiación del partido.

En el partido si han reconocido un sentimiento de “vergüenza” por el lenguaje empleado en los audios para referirse al dinero en efectivo, camuflado bajo términos como “chistorras”, “folios” o “lechugas”.

El PSOE insiste en calificar de “chusco” que el Partido Popular haya citado a declarar en la comisión Koldo del Senado a las exsecretarias de José Luis Ábalos y Santos Cerdán, Celia Rodríguez y Covadonga Sanz Pedro.

Lo hace a pesar de que hayan salido a la luz nuevos mensajes en los que la entonces secretaria de Ábalos en el PSOE escribía a Koldo García sobre la entrega de sobres con dinero en efectivo.

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