El Rey de Inglaterra se ha enfrentado en las últimas horas a un grupo de manifestantes que le exigían mayor transparencia sobre la situación de su hermano.
El Rey Carlos III en un acto público
Continúa la presión sobre el Rey Carlos III después de que su hermano, el Príncipe Andrés, renunciara a sus títulos reales y las polémicas en torno a él (y su relación con el pedófilo Jeffrey Epstein) sigan creciendo.
El Rey de Inglaterra está entre la espada y la pared y se ha enfrentado en las últimas horas a un grupo de republicanos que le exigían mayor transparencia sobre la situación del Príncipe.
Ell Rey Carlos III en un evento público
El Rey Carlos III ha sido abucheado este lunes, 27 de octubre, durante una visita a la catedral de Lichfield, en el Reino Unido.
Durante su paso por este acto oficial, un manifestante antimonárquico, del grupo de campaña Republic, comenzó a gritarle preguntas cuando el monarca pasó a su lado.
“¿Cuánto tiempo hace que sabes lo de Andrés y Epstein? ¿Le has pedido a la policía que encubra a Andrés? ¿Debería permitirse a los parlamentarios debatir con la realeza en la Cámara de los Comunes?”, se le escucha preguntar.
Aunque el monarca era plenamente consciente de la situación, decidió ignorar al manifestante y no mostró ninguna reacción, aunque sí parecía incómodo.
Mientras otros asistentes pedían al manifestante que guardara silencio, el Rey se abría paso entre la multitud y saludaba a quienes le esperaban con entusiasmo.
Esta situación se produce cuando el Rey Carlos III se enfrenta a una creciente presión para expulsar a su hermano del Royal Lodge, en Windsor, donde ha vivido sin pagar alquiler durante más de 20 años gracias a un contrato legal cuya fecha de expiración es en 2078.
El Príncipe Andrés ha pagado solo un alquiler simbólico durante las últimas dos décadas.
En un principio, se mostró firme en su intención de mantener los términos de su contrato con Crown Estate.
Ahora, varias voces señalan que podría estar sopesando mudarse.
El ‘Daily Mail’ señala que el hermano del Rey Carlos III y Sarah Ferguson habrían acordado abandonar la mansión, que renovaron hace unos años por 7,5 millones de libras, aunque con ciertas condiciones de por medio.
El Príncipe Andrés en Windsor.
Según el periódico británico, el exduque de York ha pedido vivir en la antigua casa del Príncipe Harry y Meghan, Frogmore Cottage.
Por su parte, su exmujer, Sarah Ferguson, estaría considerando instalarse en Adelaide Cottage, de la que se marcharán el Príncipe Guillermo y Kate el próximo mes.
El Príncipe Andrés ha acaparado todos los titulares en los últimos días a raíz de la filtración de varios correos electrónicos en los que se demostraban la estrecha relación que mantenía con el empresario norteamericano.
Estos mensajes contradicen por completo la polémica entrevista que concedió a la BBC en 2019, en la que negó tener amistad con Epstein desde diciembre de 2010.
‘The Mail on Sunday’ ha continuado publicando los correos electrónicos del Príncipe Andrés, añadiendo más leña al fuego.
En uno de ellos, se revela que el hermano del Rey Carlos intentó involucrar a la Policía Metropolitana y a uno de los asesores más importantes de su madre, la Reina Isabel II, en una campaña para desacreditar a Virginia Giuffre, quien lo había acusado de abusar de ella cuando era menor de edad.
En el mail se puede ver como el padre de las Princesas Eugenia y Beatriz de York pidió a su guardaespaldas policial, pagado con dinero público, que investigara a la joven.
De hecho, le dio detalles de su fecha de nacimiento y el número de seguridad social, datos que presuntamente le habrían proporcionado Epstein.
También afirmó que Virginia, que se quitó la vida a comienzos de este año, tenía antecedentes penales, algo que ha sido negado por su familia.
Sarah Ferguson, también en el punto de mira
La familia real británica con la renuncia del príncipe Andrés se queda, de momento, sin uno de los ducados más representativo y con más historia de la corona vigente.
Tras la renuncia del Príncipe Andrés a sus títulos, Sarah Ferguson ya no podrá hacer uso del título de duquesa de York, algo que conservaba tras su divorcio por expreso deseo de la Reina Isabel II.
Aunque la escritora de literatura infantil se lo ha tomado bien, asegurando que hará lo que el Rey estipule, lo cierto es que está en el punto de mira por la filtración de unos comprometidos correos electrónicos.
En ellos se afirman que el pedófilo le había prestado dinero en secreto durante 15 años.
Y no solo las 15.000 libras esterlinas que aseguró en su momento que aceptó de él. “Fue un error de juicio”, dijo entonces.
El empresario estadounidense aseguraba que Sarah Ferguson estaba tan desesperada por ganarse su confianza que fue la primera en celebrar su liberación de la cárcel, acudiendo a visitarlo acompañada de sus hijas, Beatriz, que tendría entonces 20 años, y Eugenia, 19, la misma edad que muchas de sus víctimas.
Estas filtraciones no solo están provocando una gran controversia en el Reino Unido, sino que también han llevado al Congreso de Estados Unidos a revisar algunos documentos.
Se publicarán una vez que se hayan editado para proteger la identidad de cientos de jóvenes que fueron víctimas de Epstein.
