Teniendo en cuenta que hace apenas unos días Isabel Preysler publicaba su biografía, ‘Mi verdadera historia’, todas las miradas se han posado sobre ella y algunos de los testimonios que da en su libro.
Entre ellos, su relación con Miguel Boyer, que ha sido la que más interés ha despertado dentro del historial amoroso de la conocida como ‘reina de corazones’.
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Pese a que Isabel Preysler ha recalcado por activa y por pasiva que “Miguel ha sido el hombre de mi vida”, también ha confesado que estuvo “muy cerca de separarme de él”: “Si hago un balance de mi matrimonio, Miguel y yo logramos ser muy felices, aunque no todo fue un camino de rosas.
Como pareja, nos enfrentamos con un problema serio: sus celos”, escribe en su libro.
Y es que, precisamente este problema hizo verdadera mella en su idílica historia de amor, y estuvo a punto de ser el detonante de su ruptura inminente tras el nacimiento de su hija en común Ana.
Teniendo en cuenta que Isabel no tuvo reparo en dejar atrás la vida de la que gozaba con Carlos Falcó para iniciar una relación con Miguel Boyer, resulta difícil creer que este último fuera celoso con ella.
Pero es la realidad: “Tenía la ridícula obsesión de pensar y creer que todo el mundo se enamoraba de mí.
Cuando estábamos los dos solos, podíamos pasar días sin discutir y muy en paz. El problema venía cuando nos relacionábamos con más gente.
Con los años, los celos se acrecentaron”, comenta la protagonista en ‘Mi verdadera historia’.
Isabel Preysler y Miguel Boyer en un evento.

El punto de inflexión en la relación de Isabel Preysler y Miguel Boyer: “Lo demás ya no importaba.
Olvidé los celos y me reafirmé veintitrés años después: él era el hombre de mi vida”
Cuando ambos cruzaron miradas por primera vez, Isabel tenía 32 años y estaba inmersa en un feliz matrimonio con Carlos Falcó, cuatro meses después de haber dado a luz a su hija Tamara.
Sin embargo, la llegada de Miguel a su vida hizo que todo saltara por los aires, y ambos decidieron poner punto final a sus respectivos matrimonios para iniciar un nuevo camino de manera conjunta.
En sus comienzos todo era espectacular, pero hubo momentos en los que su situación se torció, según Preysler, por los celos de su pareja: “Le rogué que acudiera al psiquiatra para solucionarlo”, desvela en su libro, admitiendo haber tenido que incluso llamar a sus amigos para pedirles perdón por las escenas de celos del político.
En aquel momento, la situación sentimental de Miguel e Isabel atravesaba un momento crítico.
La ‘reina de corazones’ poco a poco se estaba desencantando de lo que la había hecho enamorarse de Boyer, sin embargo, todo cambiaba en agosto de 2011.
El cáncer de pulmón de su hermana, Beatriz, que fallecía dos meses después, hizo que la madre de Tamara Falcó se replanteara la idea que tenía de su pareja, que había permanecido a su lado en la mayor adversidad: “Se portó tan bien durante la enfermedad de mi hermana, permaneciendo junto a ella hasta el final, demostrándole su cariño, que lo demás ya no importaba.
Olvidé los celos y me reafirmé veintitrés años después: él era el hombre de mi vida”, ha confesado en su autobiografía.
Quizá sea por ello por lo que Isabel no se separó de Miguel mientras duró su enfermedad.
Así lo reveló en una entrevista para ‘El Hormiguero’ hace casi dos años: “Yo soy fuerte, pero es verdad que solo cuando Miguel se enfermó me di cuenta lo fuerte que era de verdad.
Fue muy duro. Había mañanas que yo no me quería levantar de la cama.
Que tu vida cambie en 180 grados en unos segundos es tremendo (…) Que la persona que tú veías de una manera ya ha cambiado y es otra persona es tremendo.
Para todos, no solo para mí… Para todos los de la casa fue un cambio tremendo.
Miguel estuvo dos meses en la UCI y después dos años y ocho meses en total enfermo”, aseguró en directo, con la voz temblorosa por la realidad de sus palabras.
La protagonista de ‘Mi verdadera historia’ hizo todo lo posible para permanecer al lado de su pareja en sus últimos días de vida: “Le cuidamos muchísimo. Fue el centro de toda la casa.
Pero era durísimo ver a un Miguel Boyer brillante como era a Miguel ya cambiado.
Y entonces, claro, te tienes que hacer fuerte. Yo pensaba, ¿qué voy a hacer? No tenía otra que salir adelante.
Yo tenía la suerte de que podía conseguir logopedas, fisios, neuropsicólogos… Y yo pensaba: ¿y la gente que tiene que pasar por esto y no tiene ayuda? Entonces no hay otra, hay que ser fuerte”, sentenciaba, siendo consciente de que hay quienes no tienen medios para vivir con todo lujo de comodidades y cuidados hasta el final.
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