El Rey Juan Carlos, sobre su nieto Froilán: “El divorcio de sus padres y una cierta falta de autoridad paterna le condujeron a una vida desvergonzada”

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El Rey emérito ha hablado sin tapujos sobre el antes y el después del hijo de la Infanta Elena en sus memorias, ‘Reconciliación’.

Froilán, viendo un partido de tenis con gesto serio.

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Este miércoles, 5 de noviembre, el Rey Juan Carlos ha copado titulares dentro y fuera de nuestras fronteras. Y no es para menos.

 

Las librerías de Francia se han llenado de ejemplares de ‘Reconciliación’, las esperadísimas memorias del padre de Felipe VI.

 

Y aunque todavía quedan unas semanas para que se publiquen en España, ya han salido a relucir algunos fragmentos en los que hace referencia a algunos miembros de su familia, como por ejemplo su nieto Froilán.

El Rey Juan Carlos junto a sus nietos, Froilán y Victoria Federica, en una foto de archivo.

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Juan Carlos I, a corazón abierto sobre su nieto: “Iba de fiesta en fiesta, de discoteca en discoteca, metiéndose en peleas y con malas compañías”

Para el Rey Juan Carlos es sumamente difícil hablar de su exilio a Abu Dabi, el cual define como “casi un encarcelamiento”, sin hacer referencia a su nieto mayor, Felipe Juan Froilán.

 

Para él, su llegada al país árabe ha sido “una satisfacción que ilumina el día a día”. Y no solo por su bienestar al sentirse más acompañado, sino porque también supuso una mejora en la rutina del hijo de la Infanta Elena:

 

“El divorcio de sus padres y una cierta falta de autoridad paterna le condujeron a una vida desvergonzada (…) Alimentaba la crónica de sucesos con un comportamiento poco ejemplar. Iba de fiesta en fiesta, de discoteca en discoteca, metiéndose en peleas y con malas compañías”, ha confesado su abuelo.

 

Dado el camino que estaba tomando el joven, el Rey emérito tomó la decisión de ofrecerle mudarse a Abu Dabi junto a él:

 

“Podía ayudarle a encontrar trabajo y un apartamento”, ha contado, después de haber sido convocado por Felipe VI “para sermonearle”, según él.

 

La actitud del joven dio un giro de 180 grados nada más aterrizar en Emiratos Árabes Unidos, pues lo primero que hizo fue desayunar con su abuelo a las 7 de la mañana:“Era la hora a la que normalmente se acostaba. En un día se acomodó a una vida sana y recta.

 

Empezó a hacer deporte y régimen. Se dedicó intensamente al trabajo. Se ocupaba de la logística de la COP28. Era el primero en llegar al despacho y el último en marcharse”, ha contado Juan Carlos I con orgullo.

 

Juan Carlos I, vestido de traje y con gesto muy serio, en una imagen de archivo.

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Para el protagonista, su nieto sufrió “una metamorfosis en un tiempo récord”, y aunque no dudaba de sus capacidades, se mostró gratamente sorprendido:

 

“Le acogí bajo mis alas y le di un marco estable y la oportunidad de construirse un destino. Ha tomado su impulso y su camino con total independencia”.

 

De esta manera, en cierto modo, incide en que ha favorecido a la Familia Real española, pues ha “evitado una preocupación a la Corona”.

 

El Rey emérito está muy orgulloso del giro de 180 grados de Froilán tras su marcha a Abu Dabi: “Una metamorfosis en tiempo récord”

A todo ello se suma que, para él, es una verdadera alegría tener a su nieto predilecto al lado pese a estar viviendo a miles de kilómetros de su hogar: “Nada produce más satisfacción que tener a mi nieto al lado”, asegura.

 

Además, ha indicado que el hijo de la Infanta Elena incluso le da consejos de vestimenta “en vano”, y también de cocina: “Hazte huevos fritos, son buenos y fáciles. No te olvides poner un poco de aceite de oliva cuando calientes la sartén”.

 

Si algo tiene claro Juan Carlos I es que, con el paso de los años, los roles han cambiado y, con la lección aprendida, ahora su nieto es quien más se preocupa por él:

 

“Mi papel era antes ocuparme de los demás. Ahora es él quien se preocupa por mí.

 

Los papeles han cambiado. Su compañía me alegra y su amabilidad me emociona. Pese a las vicisitudes de la Corona, seguimos siendo una familia”, añade.

 

Sin embargo, el Rey emérito también ha hablado sobre otras de sus nietas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía.

 

Con ellas no tiene tanta cercanía como con los demás, y en cierto modo, culpa de ello a la Reina Letizia por no contribuir “a la cohesión de nuestras relaciones familiares”:

 

“Son muy elegantes y cariñosas, pero me entristeció no poder entablar una relación personal con ellas, contarles historias, compartir comidas en restaurantes, viajes, llevarlas a ver partidos, como hice con mis otros nietos”.

 

Pese a todo, confiesa que “Letizia y Felipe están criando a sus hijas maravillosamente”, pero que están distanciadas no solo de él, sino también de doña Sofía: “Mi esposa nunca pudo recibirlas a solas en Palma, como suele hacer con todos sus primos.

 

Las veía ocasionalmente, pero le hubiera encantado hacerlo más a menudo, sobre todo porque viven a tan solo cien metros de distancia. Le habría gustado transmitirles la geneaología, la historia y los valores de nuestra familia.

 

Y algún consejo de una Reina emérita con una trayectoria impecable a una futura Reina”, se lamenta.