Una receta casera, suave y melosa, con cebolla pochada y un toque de vino blanco”, asegura el hijo de Karlos Arguiñano.
Joseba Arguiñano en ‘El Hormiguero’
Los calamares encebollados son uno de esos guisos que nunca pasan de moda, resisten el paso del tiempo y siguen presentes en nuestras mesas. Joseba Arguiñano lo sabe bien y ha revelado la receta más sencilla para hacerlos.
“Si te gustan los guisos tradicionales con sabor a mar, tienes que probar esto.
Una receta casera, suave y melosa, con cebolla pochada y un toque de vino blanco”, explica el cocinero.
Joseba Arguiñano en ‘Cocina Abierta’
Su receta es exprés y no requiere de técnicas complicadas. Cuenta con ingredientes sencillos y solo se necesita un poco de paciente.
Para Joseba Arguiñano, la clave está en la cebolla. Hay que cocinarla despacio, sin prisas, hasta que consigamos el tono dorado y dulzón.
“Cocina la cebolla a fuego lento hasta que quede bien caramelizada.
Le da al plato un dulzor natural que combina de maravilla con los calamares”, asegura.
Como él mismo describe, los calamares encebollados son un clásico de toda la vida.
Un plato que en su tierra recibe el nombre de calamares “a lo Pelayo”. Para hacerlos, es muy sencillo.
En primer lugar, se corta el calamar en aros. Después, en una sartén grande, se añade un chorro generoso de aceite de oliva, un diente de ajo y una cebolla en juliana.
Cuando la verdura está bien pochada, se incorporan los calamares con un poco de sal.
Después, se incorpora un buen chorro de vino blanco.
El guiso se deja reposar a fuego lento durante media hora, tapado.
El toque final lo pone el perejil fresco, que aporta un punto de color y frescura.
“Perfectos como segundo plato y o para mojar sin remordimientos”, dice el hijo de Karlos Arguiñano.
Se trata de un plato que es muy versátil. Son perfectos para una comida de diario o para una ocasión especial.
Se puede preparar en cantidad y conservarse sin perder la calidad.
Al final, lo que intenta Joseba Arguiñano es acercar los sabores tradicionales a las nuevas generaciones.
Los beneficios de los calamares y la cebolla
Foto: Freepik
Los calamares y la cebolla son dos ingredientes muy comunes en la cocina mediterránea.
Además de que quedan ideal en las recetas tradiciones, aportan numerosos beneficios para la salud.
El calamar es rico en proteínas de alta calidad.
Son perfectos para mantener la masa muscular y favorecer la recuperación tras el esfuerzo físico.
Es bajo en calorías y grasas, siempre que se preparen a la plancha o guisado.
Tiene un alto aporte de minerales como el fósforo, fundamental para la salud de los huesos y los dientes; el zinc, para el sistema inmunitario; y el magnesio, que es clave para que funcione el sistema nervioso.
Además, contiene vitamina B12, muy importante para la formación de glóbulos rojos y el buen funcionamiento cerebral.
Por otro lado, la cebolla está también cargada de propiedades saludables.
La más conocida es su efecto antioxidante gracias a la quercetina, que ayuda a proteger las células del daño causado por los radicales libres. También tiene efecto antiinflamatorio y favorece la circulación sanguínea.
Tiene contenido en fibra, que ayuda a una buena digestión, vitaminas como la C, que refuerza las defensas. Aparecen minerales como el potasio, que ayuda a mantener la presión arterial en niveles adecuados.
Joseba Arguiñano, discípulo de su tía, Eva Arguiñano
Joseba Arguiñano en la Cocina Abierta
Joseba Arguiñano es el quinto hijo de Karlos Arguiñano y es el único que ha seguido sus padres.
De hecho, es habitual verle en su programa de Antena 3, ‘Cocina Abierta’.
Ha heredado la pasión de su tía, Eva Arguiñano, por la repostería y da trucos sencillos para hacer recetas clásicas.
De hecho, apuesta a por seguir cocinando con las herramientas tradicionales.
Especialmente a la hora de freír patatas, que utiliza la sartén y no la Air Fryer.
Joseba Arguiñano estudió hostelería en la escuela Aila-Karlos Arguiñano.
Después, siguió formándose con Pedro Subijana, en su restaurante Akelarre.
También estudió en Barcelona y en la escuela de repostería francesa Thierry Bamas.
Su carrera profesional la comenzó en el restaurante de la familia.
Fue el discípulo de su tía hasta que la sustituyó como responsable de repostería.
Aprendió de ella todo lo que sabe, pero siempre le da su toque.
El hijo de Karlos Arguiñano ha abierto su propio obrados en San Sebastián y creó una bombonería en Zarautz.