Los reyes Felipe y Letizia toman una decisión que ya está teniendo consecuencias.
El rey Felipe y la reina Letizia han acaparado la atención por el paso que han decidido dar en un evento muy importante.
La postura que el rey Felipe y la reina Letizia han tomado recientemente no está tardando en tener consecuencias.
Los reyes marcaron las distancias con el resto de monarquías europeas, creando un debate no exento de polémica.
Y es que pocas cosas llaman más la atención que ver a las Casas Reales unidas ante un acontecimiento institucional.
En el caso de Felipe y Letizia, estos han decidido no estar presentes en un acto que supone un cambio drástico en Luxemburgo.
Su ausencia fue notable y analizada, pero la Familia Real española ha demostrado que les mueven otros intereses.
La ausencia del rey Felipe y la reina Letizia: una acción con consecuencias.
La decisión del rey Felipe y la reina Letizia de no acudir a la abdicación de Enrique de Luxemburgo ha sorprendido a más de uno.
Muchos esperaban verlos en ese acto solemne para marcar lazos diplomáticos, pero su ausencia no es arbitraria.
Casa Real explicó que seguirían con sus compromisos oficiales en España durante esos días, lo que complicaría viajar al extranjero sin descuidar sus obligaciones.
Este gesto, aunque inusual, ha sido analizado minuciosamente, desatando teorías en los círculos de la realeza y la prensa internacional.
Las relaciones entre las Casas Reales europeas son tradicionalmente sólidas, y la asistencia a eventos como este suele ser una muestra de respeto y solidaridad.
Sin embargo, la agenda de rey Felipe y reina Letizia es compleja, y las prioridades del momento han dictado esta elección.
Este tipo de decisión arrastra consecuencias sutiles pero reales.
Puede interpretarse como un distanciamiento diplomático, aunque no necesariamente sea intencional.
Para algunos, este tipo de ausencias lleva a pensar que España no le da prioridad al acto del gran duque de Luxemburgo.
No acudir a una abdicación puede parecer un desaire, pero también puede entenderse como una priorización de obligaciones nacionales.
Al fin y al cabo, el rey Felipe tenía audiencias previstas en la Zarzuela y la reina Letizia un viaje oficial a Navarra.
La explicación oficial, como suele ocurrir en estos casos, es escueta, se habla de compromisos previos y de la necesidad de atender asuntos de Estado.
Sin embargo, la diplomacia real es un arte sutil, y cada decisión, cada ausencia, envía un mensaje.
La no presencia de los reyes españoles en Luxemburgo es un mensaje que, inevitablemente, ha sido interpretado de múltiples maneras.
Lo que se esconde tras la decisión del rey Felipe y la reina Letizia.
Al margen de que la agenda oficial del rey Felipe y la reina Letizia ha justificado su ausencia en Luxemburgo, existe otro motivo.
Suele ser tradición que, en casos de abdicación en el Gran Ducado, la lista de invitados solo se circunscribe a los países fronterizos.
Por lo que la presencia de los reyes de España estaba más que descartada.
Por ello, el rey Felipe y la reina Letizia optaron por llenar sus agendas con diferentes compromisos para ese día.
Doble justificación a la ausencia de los reyes en la ceremonia de abdicación de Enrique de Luxemburgo.
Así las cosas, la ceremonia tuvo lugar el pasado viernes en el Palacio Gran Ducal.
Los reyes de Holanda y su primogénita, así como los de Bélgica, fueron dos de las Casas Reales que sí asistieron al evento.
Posteriormente, llegó el turno de la proclamación de Guillermo como nuevo Gran Duque de Luxemburgo.
La Familia Real luxemburguesa salió al balcón del Palacio para saludar a los ciudadanos que no quisieron perderse la ceremonia.
Ahora Luxemburgo cuenta con un nuevo representante y el rey Felipe y la reina Letizia no tardarán en darle la enhorabuena y mostrar sus respetos.