Explosiva, directa y sin filtros. Así fue la denuncia de Adara Molinero contra Supervivientes All Stars, donde aseguró haber vivido un “infierno” por obtener una recompensa que, según ella, no compensaba el sufrimiento. La audiencia, conmocionada, se pregunta si la televisión española ha sobrepasado una vez más los límites éticos del entretenimiento. ¿Error de producción o estrategia deliberada? El eco de su denuncia amenaza con convertirse en un nuevo escándalo televisivo.(NQ)

“No podéis destrozarme así”: El grito de Adara contra ‘Supervivientes’ por la encerrona hecha en directo.

 

 

 

 

 

Adara Molinero no ha dudado en cargar contra la organización de ‘Supervivientes All Stars’ por el doloroso trago al que ha tenido que hacer frente para hacerse con una recompensa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Adara Molinero ha sido una de las grandes protagonistas de la “mesa de las tentaciones” de ‘Supervivientes All Stars’.

 

 

 

La conocida dinámica, que pone contra las cuerdas a todos los concursantes del reality, ha vuelto una edición más y lo ha hecho cargada de polémicas por los desafíos a los que ha enfrentado a los náufragos.

 

 

 

Después de ver a Tony Spina en taparrabos o a Jessica Bueno cortándose 25 centímetros le ha llegado el turno a Adara Molinero.

 

 

Como acostumbra, la hija de Elena Rodríguez no ha dejado a nadie indiferente y entre lágrimas ha acabado aceptando un desafío que ha dado mucho de lo que hablar por sus quejas hacia la organización del espacio.

 

 

 

Veras que vuelvo sin novio, que vuelvo sin novio“, ha compartido antes de escuchar la propuesta de la presentadora.

 

 

Al mismo tiempo, la joven ha advertido: “No, el pelo no”. Antes de hablar del castigo, Laura Madrueño ha procedido a enseñarle la recompensa: un suculento bocata de bacon y queso. “Como quería”, ha asegurado la principal aludida.

 

 

 

“Te ofrezco un trozo, que ya es un señor bocata, a cambio de que quemes tu objeto personal aquí ahora en directo”, le ha comunicado Laura Madrueño.

 

 

Entre lágrimas, la concursante ha enseñado la toalla repleta de firmas de sus seres queridos. Una muestra de cariño que, a duras penas, ha sido capaz de quemar para hacerse con un trozo de bocadillo.

 

 

 

Las tentativas de Madrueño no se han quedado ahí y es que la presentadora ha vuelto a la carga al plantearle la siguiente cuestión: “El segundo trozo de bocadillo que te puedes llevar a la playa a cambio de 10 centímetros de pelo. Nada, las puntas”.

 

 

 

“No, no, el pelo no, lo suplico“, ha respondido para, acto seguido, escuchar la siguiente proposición: 20 centímetros y hablar con su pareja en directo.

 

 

“Está al teléfono para hablar contigo si te cortas 20 centímetros de pelo y todo el bocata”, le ha insistido la presentadora. “Es por la oreja, no.

 

 

El pelo no, por favor”, ha insistido con cierto desagrado ante el planteamiento del reality.

 

 

 

Poco ha tardado en llorar y, al borde del llanto, interpelar a Laura Madrueño asegurando: “No, por favor, no me podéis destrozar así“.

 

 

Así pues, la concursante le ha pedido negociar y le ha ofrecido cortarse hasta 10 centímetros.

 

 

Finalmente, Adara Molinero ha aceptado cortarse esa longitud por dos trozos de bocadillo y un trozo de tarta.

 

 

“Laura, córtame lo más abajo posible. Madre mía, mi novio me deja. ¡Tengo miedo, la que voy a liar! ¡Qué fea voy a estar!“, ha concluido antes de recibir el corte de pelo correspondiente.

 

 

 

 

 

La polémica generada por este episodio ha llevado a numerosos medios de comunicación a reflexionar sobre el futuro de los realities y la necesidad de establecer protocolos de protección para los concursantes.

 

 

La televisión, como espejo de la sociedad, debe ser capaz de entretener sin poner en riesgo el bienestar de quienes participan en sus programas.

 

 

El caso de Adara Molinero es un recordatorio de que detrás de cada concursante hay una persona con emociones, historia y dignidad, y que el espectáculo no debe estar por encima del respeto y la humanidad.

 

 

 

En definitiva, el grito de Adara contra ‘Supervivientes’ ha marcado un antes y un después en la percepción del público sobre los límites de la televisión de entretenimiento.

 

 

Su valentía al expresar su dolor y negociar sus propios límites ha abierto un debate necesario sobre la ética en los realities, la protección de los concursantes y la responsabilidad de los medios en la construcción de formatos que respeten la integridad personal. ‘Supervivientes All Stars’ seguirá siendo un éxito de audiencia, pero el episodio protagonizado por Adara Molinero quedará como una advertencia sobre los riesgos de llevar el espectáculo demasiado lejos.

 

 

 

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