Bajan el micrófono a Antonio Naranjo en Mediaset tras insinuar por qué está colocado Javier Ruiz en TVE.
Antonio Naranjo y Sarah Santaolalla han protagonizado un tenso enfrentamiento con alusión indirecta a Javier Ruiz provocando que Nacho Abad les frenara.
Este martes se ha vuelto a vivir un momento de gran tensión en ‘En boca de todos’ con dos de sus tertulianos habituales.
Y es que un día más, Antonio Naranjo y Sarah Santaolalla se han vuelto a enfrentar en directo a causa del programa que presenta el periodista en Telemadrid.
Todo se producía en pleno debate sobre las últimas informaciones sobre los supuestos ingresos que habría recibido José Luis Ábalos sin estar declarados.
“Yo creo que no es incompatible saber que cuando hablan de chistorras, lechugas y soles están hablando de pasta y no de grandes barbacoas que cuando hablan de folios y cajas de folios no es que Ábalos tenga una gran impresora”, trataba de decir Santaolalla.
Unas palabras que provocaban que Antonio Naranjo y Teresa Gómez se echaran encima de Sarah Santaolalla al decirle que ahora si que utilizan los mismos términos que les han cuestionado a los periodistas de derechas.
“Antes decíais que mentíamos”, le espetaba Naranjo. “Yo os he estado escuchando, el gallinero para todos, un poco de educación”, pedía Sarah Santaolalla.
El fuerte rifirrafe de Sarah Santaolalla y Antonio Naranjo.
“Yo necesito pruebas no ideologías”, proseguía diciendo la tertuliana mientras le seguían atacando sin dejarle acabar sus argumentos.
“Por favor quiero que diga lo que quiera”, les advertía Nacho Abad a sus compañeros para que dejaran acabar a su compañera.
“¿Nos tenemos que creer lo de las fotocopias de Ábalos porque a estos dos les de la gana o podemos esperar a que salga un informe de la UCO con pruebas y no la ideología de algunos propagandistas?”, se preguntaba Santaolalla.
“A mi no me compares con propagandistas, yo soy un periodista”, se defendía Antonio Naranjo cuando Nacho Abad también aseguraba que ambos eran iguales.
“Yo soy analista política, yo no soy lo que tú eres“, le espetaba Sarah Santaolalla a su compañero.
“No, tú eres una propagandista”, le replicaba él. “A mí no me paga ningún partido político a diferencia de a ti, así que un poco de respeto”, le soltaba ella. “¿A mí quién me paga?”, se preguntaba Naranjo.
Lejos de quedarse ahí, Sarah Santaolalla iba más allá al decir alto y claro que “a mi no me da un político un programa de televisión”.
“Espera un momento, ¿tú dirías que a tu pareja presenta un programa de TVE porque es un propagandista?”, le cuestionaba Antonio Naranjo haciendo alusión indirecta a Javier Ruiz pues desde hace meses están señalando a la tertuliana por ser pareja del presentador de ‘Mañaneros 360’.
“¿Pero qué estás diciendo?”, le contestaba ella. “No voy a permitir, chicos bajamos el micrófono, esto no se trata de cosas personales, ni de que Antonio tenga un trabajo ni Sarah otro”, les frenaba Nacho Abad.
Además, la reacción del público en redes sociales ha sido inmediata. Muchos usuarios han apoyado a Sarah Santaolalla, destacando su firmeza y su defensa de la independencia profesional, mientras otros han criticado la actitud de Naranjo y han exigido mayor respeto en los debates televisivos.
El hashtag #EnBocaDeTodos se ha convertido en tendencia, con miles de mensajes comentando el enfrentamiento y pidiendo una reflexión sobre el papel de los tertulianos en la formación de opinión pública.
En este contexto, el papel de los moderadores como Nacho Abad cobra especial relevancia.
Su intervención para bajar el micrófono y frenar la discusión personal ha sido vista como un ejercicio de autoridad y responsabilidad, necesario para garantizar el buen desarrollo del debate y evitar que las diferencias profesionales se conviertan en ataques personales.
En definitiva, el enfrentamiento entre Antonio Naranjo y Sarah Santaolalla en Mediaset por la alusión a Javier Ruiz ha evidenciado las tensiones y desafíos del periodismo televisivo actual.
La necesidad de mantener la ética, el respeto y la independencia profesional se convierte en un imperativo en un momento de máxima polarización y escrutinio público.
El episodio servirá, sin duda, como referencia para futuros debates y como recordatorio de que la verdad y el respeto deben estar siempre por encima de las diferencias ideológicas y personales.