Quién es quién en el árbol genealógico de la Familia Real española: de Juan de Borbón al rey Felipe VI.
¿Quién es quién el álbum familiar de los Borbón y Grecia? Estos son los protagonistas de la actual monarquía española.
Cuando Leonor se asomó a Juan Sebastián Elcano mostró la misma mirada ilusión que, años atrás, había lanzado su abuelo al probar suerte en la mar.
Y, antes que él, su bisabuelo. Lazos de sangre que se entretejen y llegan hasta el día de hoy presentándonos una monarquía rejuvenecida y renovada.
Pero, hasta llegar a esa mirada que protagonizó la heredera al trono, han pasado muchas décadas, personajes y anécdotas.
Lecturas repasa a los protagonistas del árbol genealógico de la actual Familia Real española desde a los ‘desheredados’ a los nuevos protagonistas que poco tienen que ver con sus homólogos del pasado.
Reyes sin corona que se vieron obligados a emigrar cuando se instauró la República y que jamás ascenderían al trono.
Linajes entrecruzados, españoles y griegos, que unieron sus destinos con el fin de garantizar una estabilidad política que, tras el fin de la dictadura franquista, se consolidó con la llegada de la democracia.
Juan de Borbón y María de las Mercedes de Borbón y Orleans.
Si queremos remontarnos a los orígenes de la actual monarquía española podemos empezar por él.
Un rey sin corona, tatuado, exiliado y que nunca le perdonó a Franco que le ‘saltara’ y escogiera a su hijo mayor, Juan Carlos, para desempeñar el cargo de la jefatura de Estado.
Juan de Borbón es hijo de Alfonso XIII y de Victoria Eugenia de Battemberg, y abandonó España en 1931, cuando se instauró la Segunda República; ocasión que él aprovechó para recorrer mundo.
Fue el infante marino. Su pasión era el mar y de ahí procedían los llamativos tatuajes que recorrían su cuerpo.
En 1933 acaba primero en la línea sucesoria, a pesar de ser el tercer hermano.
¿El motivo? La hemofilia de Alfonso y la sordera de Jaime, que les impedía reinar en el caso de que volviera a instaurarse la monarquía en España.
Ante esta situación, para él se acabaron las aventuras y trató de sentar la cabeza.
La escogida para ello no fue otra que María de las Mercedes Borbón y Orleans, princesa y exiliada como él. Se casaron en 1935, en Roma.
Y Alfonso XIII se volcó en atenciones para con su nuera entregándole algunas joyas que, actualmente, reposan en el joyero real.Son las llamadas ‘joyas de pasar’; porque pasan de una reina a otra.
El matrimonio vivió una vida de lo más nómada. Junto a sus cuatro hijos, Juan Carlos, Pilar, Margarita y Alfonso recorrieron Italia, Suiza y Portugal.
Fue ahí donde le tocó hacer frente a uno de los mayores dolores de una madre: enterrar a un hijo.
El benjamín de la casa murió con solo 14 años, víctima de un accidente con un arma de fuego que, supuestamente, disparó su hermano mayor.
Aquello la destrozó para siempre. Se refugió en el alcohol y en los hijos que le quedaban con vida.
Su mayor orgullo fue ver a Juan Carlos convertirse en rey. Este les concedió a sus padres el título de condes de Barcelona y les permitió regresar a España en 1977, cuando se instalaron en Madrid, aunque siempre añorarían su vida en Portugal.
Juan falleció en 1993 debido a un cáncer de laringe. Su mujer, María de las Mercedes, murió en el año 2000 de manera repentina de un infarto de corazón, en Lanzarote, donde toda la familia había acudido a despedir el año.
Pablo I de Grecia y Federica de Hannover.
Otros dos reyes en el exilio que tuvieron que hacer las maletas de sus respectivos países.
Al griego le pasó factura el estallido de la Segunda Guerra Mundial, lo que obligó a Pablo y a Federica, acompañados de sus dos hijos mayores, Sofía y Constantino, a abandonar su adorada Atenas.
La tercera hija del matrimonio, Irene, nació en el exilio; concretamente, en Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.
La siguiente parada de la familia fue El Cairo, Egipto. Los niños crecieron haciendo frente a importantes estrecheces económicas, mientras la mayor de los hermanos les cuidaba y alentaba a seguir adelante.
Pudieron volver en 1946 y, un año después, tras la muerte de Jorge II, ascendieron al trono.
Se encontraron ante sí una Grecia deshecha, que tuvieron que enmendarse en reconstruir y en ganarse el cariño de el pueblo.
Además de velar por su país, a la reina Federica le atormentaba que sus hijos hicieran buenos casamientos y puso todo de su parte para conseguirlo.
Y, de hecho, aquellos movimientos estratégicos fueron todo un éxito. Sofía se casó con Juan Carlos, heredero al trono español, y Constantino lo hizo con Ana María de Dinamarca. Los dos acabarían reinando pero, eso sí, en países diferentes.
En 1964, y debido a un cáncer de estómago, falleció Pablo; por lo que su hijo se convirtió en el nuevo rey helénico.
Cargo que ostentó hasta que en 1967 la familia real tuvo que abandonar el país después de que los griegos votaran en contra de la monarquía.
Federica y sus hijos pasaron años exiliados. Ella encontró la paz en la India, donde Irene también encontró su camino en la vida: darse a los demás.
Finalmente, la reina falleció en Madrid, en 1981, a consecuencia de una fatal cirugía estética de la que nunca despertó.
Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia.
Juan Carlos nació en Roma en 1938, pero pronto se trasladó con toda su familia a Lausana (Suiza) y, después, a Estoril (Portugal).
Tras deambular por Europa, regresó a España cuando Francisco Franco le escogió a él (y no a su padre) para que asumiera las labores de jefatura de estado a su muerte. Para ello, eso sí, quiso educarle bajo su tutelaje.
El tiempo apremiaba y había que encontrar una buena chica para Juan Carlos.
En 1954 Federica de Hannover tiene una fantástica idea: fletar un barco, a modo de crucero, cuyos pasajeros sean únicamente la flor y nata de las diferentes monarquías europeas.
¿Las primeras en cruzar la pasarela? Sus dos hijas, Sofía e Irene.
Los planes de esta otra reina en el exilio fueron todo un éxito, puesto que de esas vacaciones salió una de las bodas más importantes, la de su hija mayor y el aspirante al trono de España.
Juan Carlos y Sofía se casaron en 1962 en Roma.
En una boda accidentada que, con los años, se dijo que no fue tan idílica como nos hicieron ver.
El matrimonio se trasladó a vivir a La Zarzuela, el palacio que les cedió el dictador, puesto que estaba muy cerca de la residencia de este en El Pardo.
En 1975, con sus tres hijos ya en el mundo, Elena, Cristina y Felipe, subieron al trono. Disfrutaron de 39 años de reinado hasta la abdicación de Juan Carlos, empujada por los constantes escándalos de la Corona.
Pilar, Margarita y Alfonso de Borbón.
La historia de la muerte del infante Alfonso es uno de los grandes sucesos plagados de interrogantes que siempre han rodeado a la Familia Real española.
Su trágico fallecimiento tuvo lugar mientras él y su hermano mayor, Juan Carlos, se encontraban jugando con un arma corta en la segunda planta de la casa que la familia poseía en Estoril (Portugal).
El sonido del disparo alertó a los progenitores que, de inmediato, subieron a ver lo que había pasado.
Se toparon con que Alfonso yacía muerto en suelo, con un disparo en la cabeza.
Se dieron varias versiones; la primera aseguraba que quien empuñaba el revólver era el propio adolescente y que, limpiándola o jugueteando con ella, se le había disparado de manera accidental.
La siguiente versión señalaba a su hermano Juan Carlos, quien, no sabiendo que el arma estaba cargada, realizó el fatal disparo.
No fue el único drama al que tuvieron que hacer frente. La familia del rey también vivió un durísimo varapalo cuando nació la infanta Margarita.
La bebé vino al mundo en Roma, como todos sus hermanos, donde sus padres vivían en el exilio.
La pequeña nació sin retinas, una condición que descubrieron a los meses de vida, cuando, tal y como asegura Pilar Eyre, “la niñera pasaba las manos por delante de su rostro y la infantita no reaccionaba”.
Ciega de nacimiento, lo compensó con un estupendo oído que le sirvió para desarrollar un talento sin igual para la música, así como para los idiomas.
Se casó en 1972 con el médico Carlos Zurita y por él renunció a sus derechos dinásticos.
Ella solo quería formar una familia y ser feliz al lado del hombre del que se había enamorado.
Juntos tuvieron dos hijos, María y Alfonso, en honor de su hermano trágicamente fallecido.
Por su parte, la infanta Pilar fue la gran consejera de Juan Carlos y casi una segunda madre para él.
Ella, al igual que Margarita, también se casó por amor.
Pese a que sus padres le insistían en que contrajera matrimonio con Balduino de Bélgica, ella dio el ‘sí, quiero’ a Luis Gómez-Acebo, de una de las familias de tradición aristócrata en España y junto al que tuvo cinco hijos, Simoneta, Juan, Bruno, Beltrán y Fernando, que fallecieron en 2024.
La infanta murió en 2020, a consecuencia de un cáncer de colon, que padecía desde hacía años.
Constantino e Irene de Grecia.
El primero estaba llamado a convertirse en el heredero al trono, y, cuando lo consiguió, el resultado no fue el esperado.
Fueron tres años de complicado reinado en el que se criticó severamente que el joven no estaba a la altura de lo que se requería de un monarca.
Era inexperto y se dejaba guiar demasiado por su consejera en la sombra: su madre.
Constantino se casó con su prima y princesa Ana de Dinamarca.
Tras años exiliado, Constantino II encontró un país revuelto, que dejó aún más revuelto cuando un golpe de estado militar acabó en 1967 con la monarquía en el país heleno.
No fue el jefe de estado que necesitaban entonces los griegos, y su manera de tomar decisiones, sin tener en cuenta a estos, precipitaron la llegada de una nueva república.
De nuevo, aunque ya junto a su mujer, Ana María de Dinamarca, y toda su familia, tuvo que buscar refugio fuera de su adorado país, y lo encontraron en Londres.
El matrimonio tuvo cinco hijos: Alexia, Pablo, Nicolás, Teodora y Felipe.
Tras la muerte de Constantino en 2023, su hijo Pablo se convirtió en el nuevo aspirante a la corona de Grecia.
Londres se convirtió en el refugio de Constantino y toda su familia durante el exilio.
Por su parte, Irene, la inseparable sombra de doña Sofía, ha llevado una vida de lo más particular.
Célebre pianista y entregada a las causas solidarias, pudo haberse casado con Jesús Aguirre (que acabó convertido en el marido de la duquesa de Alba), pero su cuñado Juan Carlos le ahuyentó.
Aún más discreta que su hermana, cuando vivió emigrada con su madre en la India conoció una realidad que le cautivó. Desde entonces, se sintió muy próxima a la cultura hindú.
Cuando falleció su madre, se quedó a vivir en Zarzuela junto a su hermana.
De la que no se ha despegado desde entonces. Sus sobrinos la llaman la ‘Tía Pecu’, por su peculiar personalidad.
Elena de Borbón.
La primera hija de Juan Carlos y Sofía nació en 1963 y su nombre fue un pequeño guiño al país de origen de su madre.
No sería la heredera, pero, para siempre, fue el ojito derecho de su padre.
Una niña criada entre caballos, con una enorme predilección por su familia paterna.
Heredó gustos y tradiciones de su abuela María de las Mercedes, a la que siempre estuvo muy unida.
Elena estudió Magisterio y se especializó en inglés. De hecho, llegó a impartir clases en el mismo colegio del que había sido alumna.
En 1994, en un viaje a París, conoce al que sería su marido, Jaime de Marichalar.
Un año más tarde, la pareja se casa en una de las bodas más celebradas y multitudinarias, ya que fue la primera boda real que se celebraba en casi 90 años.
Un ‘sí, quiero’ por todo lo alto en la catedral de Sevilla y tras el que los novios obtuvieron los títulos de duques de Lugo. De aquel enlace nacieron dos hijos, Felipe Juan Froilán y Victoria Federica.
Elena escogió Sevilla para su boda en guiño a su abuela. Era la ciudad favorita de ambas.
En 2007, Casa Real emite un comunicado en el que se anuncia “el cese temporal de la convivencia” entre la infanta y su marido.
Cristina de Borbón.
La hija mediana de los reyes Juan Carlos I y Sofía nace en 1965 y, quizás por ser la mediana de los tres hermanos, siempre ha sido la más discreta.
Mientras que el rey se desvivía con su mayor, Cristina fue arropada por su madre y por su tía Irene, por la que siempre ha sentido gran simpatía; de hecho, en su honor, llamó Irene a su única hija.
Cristina, la mediana y la más independiete de los tres hermanos.
Cristina tuvo claro que debía formarse y profesionalizarse.
Las posibilidades de acabar heredando el trono eran mínimas, así que se esforzó para tener un buen currículum.
Se licenció en Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid, y se especializó con máster en Relaciones Internacionales.
Cristina siempre ha sido muy deportista.
Su afición por el deporte la llevó a conectar con un deportista profesional.
En 1997, en una espectacular boda en Barcelona, se casó con el jugador de balonmano Iñaki Urdangarin, con quien formó una familia.
Juan Carlos les otorgó el título de duques de Palma.
La pareja escogió Barcelona, la ciudad en la que ambos vivían para casarse.
Juan, Pablo, Miguel e Irene, los cuatro hijos de la pareja, crecieron en la capital condal, pero, cuando los escándalos de su padre les convirtieron en el centro de todas las miradas, cambiaron de residencia, primero a Washington, y, después, a Ginebra.
Cristina ha sido la primera infanta en sentarse en el banquillo de los acusados por delitos fiscales.
Finalmente, fue absuelta. En cambio, Iñaki fue condenado a 5 años de prisión.
En 2015, el actual rey, Felipe VI, despojó a su hermana y a su cuñado del título nobiliario que habían obtenido cuando se casaron. En 2023, el matrimonio anunció su divorcio.
Felipe VI
El actual Rey nació en 1968. Un niño ansiado y convertido en la gran ilusión de sus padres.
Felipe era el príncipe llamado a continuar el camino marcado por su predecesor; pero que, con los años, se ha mostrado como una voz disruptora de la senda que parecía fijada.
Felipe siempre ha estado protegido por su madre y por sus hermanas.
Felipe fue la debilidad de todas las mujeres de la casa. Cuidado por sus hermanas mayores y mimado por su madre.
El niño de los ojos azules podía salirse con la suya porque en casa todos le adoraban.
Dulce, centrado, estudioso… sabía perfectamente qué pasos estaban marcados a fuego en su preparación como monarca.
Tuvo formación militar y, después, se marchó a estudiar Derecho y Económicas.
Las novias de Felipe se convirtieron en todo un quebradero de cabeza para Casa Real.
Cuando Felipe tuvo edad para empezar a salir con chicas, empezaron los problemas.
Ninguna novia parecía encajar en los gustos y en los requisitos que de sus padres.
No podía ser una chica, puesto que ella sería la futura consorte.
Finalmente, el consenso por todas las partes llegó con ella.
Lista, profesional, elegante, con una carrera sobresaliente… En 2002 Letizia causó un enorme impacto en Felipe y en toda su familia. La boda estaba en marcha.
La boda de Felipe y Letizia fue la guinda a su historia de amor.
En 2004 protagonizan la gran boda real del siglo.
Tan solo un año más tarde se convertían en padres con el nacimiento de Leonor y en el 2007 repetían experiencia con Sofía.
Todos los empeños de la pareja han girado en torno a que sus hijas sean miembros de la realeza extremadamente bien preparados y con los pies en el suelo.
En 2014 se produjo la abdicación de Juan Carlos I y Felipe VI se convirtió en el nuevo rey, prometiendo una nueva Corona alejada de escándalos, transparente y al servicio de los españoles.
Un mensaje que la heredera hizo suyo cuando pronunció su discurso en las Cortes al cumplir los 18 años.