Eden Golan y Yuval Raphael.EUROPA PRESS
Tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, la campaña para que la Unión Europea de Radiodifusión expulse a Israel del festival se acrecentó.
Desde el televoto masivo a Israel, hasta las cadenas que amenazan con irse si no se veta al país, pasando por los abucheos a las representantes de los últimos dos años.
Eurovisión se ha visto salpicada por la guerra en Gaza al tener como participante al país gobernado por Benjamin Netanyahu, lo cual ha causado numerosas polémicas.
Y las sigue causando, pues actualmente se sigue debatiendo su expulsión.
No es la primera vez que el conflicto entre israelíes y palestinos afecta al festival. Ya en 2019, cuando se celebró en Tel Aviv después de la victoria de Netta, hubo protestas en contra.
Sin embargo, esto se acrecentó tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, que dejaron 1.200 muertos, y la guerra en la Franja de Gaza se volvió más cruenta, con más de 66.000 palestinos muertos, según datos ofrecidos por el Ministerio de Salud gazatí y la Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA).
Tras los ataques de Hamás el 7-O, que ahora cumplen dos años, hubo que esperar a comienzos de 2024 para que Eurovisión se convirtiera en el centro de la conversación al iniciarse una campaña que pedía la expulsión de Israel del festival por el conflicto que estaba protagonizando.
2024: Eden Golan, de Eurovisión a hacer el servicio militar
La participación del país hebreo, que en realidad pertenece a Asia Occidental pero que es miembro de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) desde 1973, continuó como de costumbre y, en febrero de ese año, anunciaron que elegían a Eden Golan como su representante, tras ganar su preselección nacional, HaKokhav HaBa (La próxima estrella de Eurovisión).
La joven de 21 años aseguró que no pudo hacer el servicio militar obligatorio por Eurovisión, pero que se presentaría tras el festival.
Además, la cantante describió el servicio militar como “una misión”, término que también utilizó para referirse a Eurovisión: “Mi participación es parte de una misión muy importante para el país”.
Al margen de la artista, la canción también generó polémica.
El tema, elegido por un comité profesional entre las candidaturas que presentaron distintos compositores, fue analizado por la UER analizó, como suele hacer con todos los países para comprobar que respetase normas como no incluir palabras malsonantes o proclamas políticas.
La primera canción presentada por Israel para Eurovisión 2024 se llamaba October Rain (Lluvia de octubre) y fue rechazada por el comité organizador del festival por ser “demasiado política”, ya que hablaba sobre los ataques del Hamás del 7 de octubre.
Tras ciertas reticencias, KAN, la emisora pública hebrea, tomó la medida de cambiar el tema para evitar ser descalificados.
Aun así, la segunda propuesta también fue rechazada por las mismas razones y no fue hasta la tercera versión cuando fue aceptada. Finalmente, Hurricane fue la canción con la que Eden Golan representó a su país en el festival.
2024: la UER se negó a expulsar a Israel
Muchos fueron los que argumentaron que, igual que en 2022 se vetó a Rusia por la invasión de Ucrania, se debía hacer lo mismo con Israel por la destrucción que estaba provocando en Gaza. No obstante, no fue así, pues la UER argumentó que Eurovisión “es un evento musical apolítico” y “no es una competencia entre gobiernos”.
Noel Curran, el entonces director general de la UER, argumentó que el caso de Rusia no era el mismo, pues se la suspendió “debido a sus persistentes incumplimientos de las obligaciones” como miembros de la UER “y la violación de los valores del servicio público”.
La polémica estaba servida, pues las explicaciones del directivo no convencieron a muchos de los fans del festival, que consideraban que el principal motivo para no expulsar al país hebreo era que el principal patrocinador del certamen era Moroccanoil, empresa israelí de cosméticos.
Por ello, la participación de Israel continuó como de costumbre, pero esto se plasmó en las protestas y las tensiones en el festival, que se celebró en mayo en Malmö (Suecia).
2024: la reacción de las emisoras
Los distintos participantes comenzaron a actuar a su modo. Aunque ningún Gobierno o emisora pública se retiró, sí que hubo rechazos públicos de partidos como Podemos en España; 1.400 músicos finlandeses, que firmaron una petición contra la presencia de Israel; y la cadena eslovena, que pidió a la UER que se abriera un debate con sus miembros sobre esta situación.
Bélgica fue uno de los países que más activamente se mostraron en contra en 2024: Bénédicte Linard, ministra de Cultura y Medios de Comunicación de Bélgica, anunció a principios de marzo de 2024 que iba a solicitar a la RTBF, cadena pública de Bélgica, que impulsara la exclusión de Israel del concurso por la crisis humanitaria que estaba provocando en Gaza, algo que también apoyó su homólogo flamenco, Benjamin Dalle.
Trabajadores del sector cultural belga también firmaron una carta en la que exigían a la UER, a la RTBF y a la cadena flamenca VRT que “hicieran una declaración contra el genocidio” y prohibieran a Israel participar.
Pero, una vez llegada la segunda semifinal y la final, a petición de un sindicato, la televisión belga interrumpió la emisión de Eurovisión durante la actuación Eden Golan.
“Condenamos las violaciones del estado de Israel en Gaza. Israel está destrozando la libertad de prensa. Por eso interrumpimos temporalmente la emisión”, rezaba el comunicado que publicaron.
2024: del apoyo a Palestina a la expulsión de Países Bajos
La celebración del concurso no estuvo exenta de tensión y las inmediaciones del Malmö Arena se llenaron de banderas de Palestina, en señal de boicot a Israel.
Además, se organizaron distintas protestas a las que asistieron miles de personas, entre ellas Greta Thunberg, que portaban pancartas con mensajes como “Gaza libre” o “Eurovisión celebra el genocidio”.
También hubo contramanifestaciones a favor de Israel, aunque fueron menos numerosas.
El sueco Eric Saade luce un pañuelo palestino durante su actuación en Eurovisión.JESSICA GOW
Las insignias palestinas no tuvieron lugar dentro del estadio, pues la norma impedía llevar símbolos que no fueran los de los países participantes. Aun así, algunas personas se las arreglaron para mostrar su apoyo esquivando esa norma, como el cantante sueco, pero de origen palestino, Eric Saade.
El artista, que representó a Suecia en 2011 y acudió a Eurovisión 2024 como artista invitado, cantó con un pañuelo palestino anudado a la muñeca.
Algo similar hizo Iolanda, representante de Portugal ese año, que lució (solo en la final) unas largas uñas del mismo color que la bandera; y Bambie Thug, cantante de Irlanda que, en la green room donde esperaba los resultados de las votaciones, tenía una sandía, fruta que se utiliza como símbolo de Palestina por compartir los mismos colores que la enseña.
Iolanda en la final de Eurovisión 2024.DPA
Aunque esto no tuvo consecuencias, la tensión creció el sábado cuando, antes de arrancar la final, se anunció que Joost Klein, representante de Países Bajos, había sido descalificado tras protagonizar “un incidente” con un miembro del equipo, en concreto, con una operadora de cámara.
Según apuntó AVOTROS, la emisora pública neerlandesa, hubo un pequeño enfrentamiento con el equipo israelí y esto provocó, de hecho, que en la edición de 2025 se optara por separar a todas las delegaciones.
Algo similar sucedió con Bambie Thug, que se ausentó de los ensayos de vestuario para quejarse a la UER de los comentarios ofensivos que hicieron cuando se emitió su actuación en la televisión hebrea KAN.
Además, tras finalizar el festival, son varios los participantes, como el dúo Nebulossa, que representaba a España, los que aseguraron que se vivió mucha tensión y miedo durante el certamen, pues las personas que acompañaban a la delegación israelí siempre iban armadas.
Sin embargo, el certamen se vivió sin contratiempos, al menos en pantalla, aunque sí que hubo sonoros abucheos y pitidos durante la actuación de Eden Golan, tanto en la segunda semifinal como en la final.
No obstante, los presentes afirmaron que en el Malmö Arena se oían más que en televisión, por lo que podrían haber bajado el sonido ambiente para evitarlo.
Eurovisión 2024 concluyó con la victoria de Nemo (Suiza) y con Israel en sexta posición tras recibir 323 puntos del televoto, solo por debajo de los 337 de la favorita, Croacia, por lo que hubo un apoyo masivo de los espectadores al país hebreo.
2025, una edición con mucha presencia palestina
En 2025, el certamen tuvo lugar en Basilea (Suiza) e Israel continuó pudiendo participar.
Esta vez lo hizo con Yuval Raphael, una joven de 24 años que, según contó, estaba en el Festival Nova el 7 de octubre de 2023 cuando sucedieron los ataques de Hamás y logró sobrevivir al permanecer escondida 7 horas en un refugio antibombas.
La cantante, que apenas tenía trayectoria musical, ganó la preselección nacional y representó a su país con New Day Will Rise (Un nuevo día resurgirá), un tema que fue aceptado a la primera, al contrario que en 2024.
Aun así, aunque la edición de 2025 continuó en la misma línea que la anterior, sí que se endureció la actitud de algunas regiones, como Eslovenia, que fue la primera en pedir la exclusión de Israel y, después, se unieron a su petición Irlanda, Islandia, España y Bélgica.
La UER reconoció que “hay preocupación y opiniones muy arraigadas en torno al conflicto actual en Oriente Medio”, pero reiteró que todos los miembros de la Unión Europea de Radiodifusión pueden participar en Eurovisión, y eso incluye a Israel.
A esta petición de veto se sumaron algunos antiguos representantes, como el portugués Salvador Sobral (ganador de 2017), Blanca Paloma (España 2023), el irlandés Charlie McGettigan (coganador de 1994) y el suizo Nemo, ganador de 2024, quienes firmaron una petición junto al grupo llamado Artistas por Palestina UK.
Pero, en edición, el tema de las banderas cambió, pues prevalecía la legislación suiza que establece que se pueden mostrar “tanto las banderas del orgullo como las banderas de países que no participen, incluida la bandera palestina”, según explicaron medios daneses.
Y ese cambio fue notorio en las semifinales y finales, ya que las gradas estaban repletas de banderas de Palestina.
No obstante, sí que hubo un pequeño problema con seis personas, todas pertenecientes a la misma familia, que fueron obligadas a abandonar los ensayos tras alterar el curso normal de la actuación de Israel con una bandera palestina de grandes proporciones y un silbato.
Y es que Yuval Raphael vivió la misma situación que Eden Golan el año anterior: abucheos y pitidos reinaban el recinto mientras cantaba, pero algunos de los presentes aseguraron que se oyeron más allí en directo que en el sonido de la emisión.
Aun así, mientras millones de europeos veían su actuación en la final, morían 150 personas a causa de los bombardeos de Israel contra la población civil y las tiendas de campaña en las que dormían los refugiados, lo cual generó una gran polémica y provocó que aumentaran las opiniones que la presencia del país en Eurovisión servía de “blanqueamiento”, algo con lo que coincidió JJ, ganador de 2025.
2025: los mensajes de RTVE contra Israel
La condena pública a Israel fue más dura que en 2024 y eso se notó directamente en TVE, donde Julia Varela y Tony Aguilar, comentaristas de Eurovisión, durante la actuación de su representante en la segunda semifinal, hablaron directamente sobre la guerra.
“RTVE ha solicitado a Eurovisión un debate sobre la participación de Israel en el festival”, declaró Aguilar y aportó datos sobre “las víctimas de los ataques israelíes en Gaza”, que ya superan “las 50.000 y, entre ellas, más de 15.000 niños y niñas, según Naciones Unidas”.
“Esta no es una petición contra ningún país, es un llamamiento por la paz, la justicia y el respeto a los derechos humanos, acorde con la vocación integradora y pacífica del Festival de Eurovisión”, intervino entonces Varela.
Al considerar que estos mensajes violaban las reglas del festival, la UER amenazó a RTVE con multarles si volvían a repetirse estas proclamas: “Es fundamental que sus comentaristas cumplan estas reglas sin excepción […] para preservar el carácter apolítico de Eurovisión y cumplir con la ética y los estándares establecidos en las reglas.
Esperamos la plena cooperación de RTVE para evitar que se repita.
Cualquier incumplimiento posterior podrá conllevar multas punitivas según las reglas”.
Estas declaraciones no volvieron a hacerse y los comentaristas fueron muy asépticos durante la actuación de Yuval Raphael en la final, pero La 1 sí mostró un mensaje contra Israel justo antes del inicio de la gala.
“Frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción.
Paz y justicia para Palestina”, se pudo leer, en español y en inglés.
Y, aunque esto va también contra las normas, esquivaron la sanción emitiéndolo a las 21.59 horas, fuera del horario oficial de la final.
Pero España no fue el único país que se posicionó, pues Bélgica volvió a repetir su estrategia del año anterior y su televisión pública paró la emisión de Eurovisión 2025 en el momento en el que Israel se subió al escenario.
2025: Israel, favorita del televoto
Los resultados para Yuval Raphael mejoraron las marcas de Eden Golan, ya que quedó en segunda posición, por detrás de JJ y su Wasted Love (Austria).
Y lo hizo con la mayor puntuación del televoto, 297 puntos, que se unieron a los escasos 60 del jurado.
Esto desveló, por segundo año consecutivo, la gran cantidad de votos que generaba Israel entre los espectadores. Sin embargo, comenzó a sobrevolar la sombra del fraude.
Varias emisoras públicas europeas, entre ellas RTVE, pidieron una investigación para comprobar la veracidad de los resultados del televoto y la UER reveló que la Agencia de Publicidad del gobierno israelí había difundido durante los días previos a la final anuncios, con instrucciones sobre cómo votar por Yuval Raphael, en vídeos de YouTube.
Además, el 20 de abril, apenas un mes antes de Eurovisión 2025, se creó una cuenta en YouTube que contenía 89 videos, que se compartieron por 35 países distintos, de la cantante en los que, en distintos idiomas, animaba a votar por ella.
El 20 de mayo, elDiario.es reveló ciertos documentos internos que envió la UER a la cadena hebrea KAN, una especie de ‘aviso de advertencia’ en la que, por su actitud en Eurovisión 2024, avisaba de “ciertos incumplimientos de las reglas por parte de miembros de la delegación” israelí.
Esto desató la polémica, pues confirmaba que la Unión Europea de Radiodifusión había sido consciente de que se habían saltado las normas y no solo no se les sancionó, sino que no se difundió lo ocurrido, al contrario de lo que pasó con Joost Klein, de Países Bajos.
2026: récord de amenazas de abandono
Viena (Austria) acogerá en mayo de 2026 Eurovisión 2026, pero aún está por ver qué países participarán, pues hay un récord de amenazas de abandono si no se expulsa a Israel.
Con el paso del tiempo y al ver las reacciones de la UER, las reacciones de los distintos miembros se han ido volviendo más duras.
Y RTVE es buen ejemplo de ello, ya que ha asegurado que no participarán en el festival si no se expulsa al país hebreo.
Del mismo modo, Eslovenia, Irlanda y Países Bajos se retirarán del concurso si Israel continúa; mientras que Bélgica, Finlandia, Dinamarca e Islandia aseguraron que lo decidirán cuando se confirme la decisión.
Lo cierto es que octubre es el mes que la organización de Eurovisión establece en sus normas como límite para confirmar si se participará o no.
Pero, en la edición de 2026, se ha ampliado el plazo hasta diciembre de 2025, ya que se va a realizar un debate sobre la continuidad de Israel.
No obstante, hay regiones que no tienen dudas y ya han confirmado su participación, como Austria (anfitrión), Grecia, Chipre, Malta, Azerbaiyán y Australia.
También Italia, Alemania, Reino Unido y Francia, los cuales forman parte, junto a España, del Big Five, los cinco participantes que más aportan económicamente al festival.
Esto hace que nuestro país sea el único de este grupo que amenaza con abandonar.
De momento, queda esperar para saber si finalmente Israel es vetado y qué consecuencias tiene esto; o, por el contrario, si se le permite participar, aun a riesgo de perder a múltiples participantes.
Pero lo que está claro es que, suceda una cosa u otra, la guerra en Gaza seguirá afectando al Festival de la Canción.