El público no da crédito al descubrirse que Bolaños habría utilizado a La Vanguardia para difundir un mensaje alarmante sobre el auge de la ultraderecha catalana, una filtración que ha provocado indignación y ha sumido a la política en un torbellino de polémicas|TH

El ministro de Presidencia cenó el 16 de septiembre en el local ‘El Barril’ con Jordi Juan, director de La Vanguardia

La extrema derecha, antaño confinada a los márgenes de la política española, se ha convertido en un actor con capacidad de alterar el poder.

El fenómeno encuentra ahora una nueva expresión en Cataluña con Aliança Catalana.

El partido independentista de corte ultraderechista, liderado por Silvia Orriols (Vic, 1984), parece crecer con un discurso xenófobo y un soberanismo radical.

Ante esta amenaza, que no solo afecta a la sociedad catalana, sino también al Gobierno de Pedro Sánchez, ya que quitaría votos a sus aliados convencionales como Esquerra Republicana de Cataluña y Junts, La Moncloa ha activado todas sus alarmas.

El control de la situación lo maneja el hombre de confianza de Pedro Sánchez y ministro de Presidencia, Félix Bolaños (Madrid, 1975).

El cargo del PSOE ha activado sus contactos con el diario La Vanguardia —medio de referencia del poder catalán— en un intento de frenar está tendencia.

Desde Ferraz y La Moncloa son conscientes de que el avance de estas formaciones podría poner en jaque la supervivencia del Gobierno.

Félix Bolaños

Por ello, según ha podido saber elcierredigital.com, Bolaños se reunió el 16 de septiembre con el director de La Vanguardia, Jordi Juan Raja, en el restaurante ‘El Barril de las Cortes’, situado muy cerca del Congreso de los Diputados en Madrid.

El encuentro ha coincidido con la inminente publicación de una encuesta del diario catalán -elaborada por lpsos, firma habitual de encuestas del citado medio- que refleja significativamente el ascenso de Vox y de Aliança Catalana en Cataluña.

Fuentes próximas a La Moncloa afirman: “el ministro habría alentado esa publicación para asustar al electorado progresista.

Y subrayando el riesgo de un crecimiento descontrolado de la extrema derecha que dañaría principalmente a Junts y a Esquerra, sus aliados en este momento. Quieren que sus votantes se den cuenta de lo que está en juego”.

Posible ‘jaque’ al Gobierno

La maniobra tiene lógica: “La Vanguardia sigue siendo el gran referente mediático del nacionalismo catalán y cualquier encuesta que aparezca en sus páginas marca la conversación política en la región”, afirman las mismas fuentes consultadas.

Bolaños es consciente de que La Vanguardia debe ser su gran medio aliado en Cataluña.

El relevo en la dirección del Grupo, con la salida de Ramón Rovira y el refuerzo del poder de la familia Godó, ha devuelto al diario un papel central en la agenda catalana.

Las encuestas que publica este domingo La Vanguardia son relativas a las elecciones al Parlamento catalán, para las que quedan varios años.

Sin embargo, fuentes próximas a La Moncloa identifican un interés final: “Buscan hacer un aviso a navegantes y meter miedo para las generales”.

El sondeo, que ya circula, dibuja un escenario inquietante para el bloque de la investidura: 21 escaños para Junts, 21 para ERC, 19 para Aliança Catalana, 16 para Vox, 13 para el PP y 36 para el PSC.

Un mapa que revela tanto la fragmentación del independentismo como la fuerza creciente de las formaciones de ultraderecha.

Portada de ‘La Vanguardia’ con el resultado de las encuestas

En los últimos meses, Aliança Catalana, el partido que lidera Silvia Orriols, hasta ahora una figura comarcal, ha ganado notoriedad nacional gracias a la atención mediática.

Cada vez que se la presenta como la gran amenaza para el sistema, consolida su perfil.

Pero en Moncloa creen que la prioridad es evitar la indiferencia: “Si la gente piensa que no hay peligro, Vox y Aliança seguirán creciendo.

Y entonces sí que se nos acaba la legislatura”, advierten las fuentes.

“La partida que se juega en Cataluña trasciende las fronteras de esta comunidad. Para Sánchez, su estabilidad depende de que Junts y Esquerra resistan frente al avance de Vox y Aliança Catalana.

Y en esa ecuación, Silvia Orriols se ha convertido en un nombre incómodo que amenaza con alterar el tablero político nacional”, concluyen las fuentes consultadas por elcierredigital.com.

Aliança Catalana y Silvia Orriols

Fundada en 2020 por Silvia Orriols, actual alcaldesa de Ripoll (Girona), Aliança Catalana ha logrado en apenas cuatro años pasar de la marginalidad a situarse como una opción sólida en el soberanismo de derechas.

Su salto más sonado llegó en 2024, cuando logró dos escaños en el Parlament con un 3,8% de los votos.

Meses antes conquistó la alcaldía de Ripoll con más del 30% de los sufragios.

El último barómetro del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) de hace escasas fechas ya anticipó un crecimiento notable de Aliança Catalana: entre 10 y 11 diputados autonómicos.

Lo que supondría multiplicar por cinco su representación.

El estudio cifra su apoyo entre el 6% y el 8% del voto, con trasvases relevantes desde Junts (8% de sus votantes), el PP (7%) y Vox (5%).

Montaje de Sílvia Orriols, fundadora de Aliança Catalana.

También capta electores descontentos de ERC, PSC y CUP.

La irrupción de AC, junto al avance de Vox, situaría a la extrema derecha con cerca del 20% de los escaños en el Parlament, un nivel sin precedentes en Cataluña.

Su líder Silvia Orriols se ha convertido en el rostro más controvertido del nuevo independentismo catalán.

Con un estilo combativo y un discurso de corte identitario, rechaza el multilingüismo institucional.

También reclama la independencia unilateral de Cataluña y exige políticas migratorias muy restrictivas, vinculando la llegada de población extranjera con inseguridad y pérdida de cohesión cultural.

Estas posiciones le han valido acusaciones de xenofobia, aunque ella insiste en que su objetivo es preservar la “identidad catalana”.

El fenómeno de Orriols y Aliança Catalana no solo cuestiona la hegemonía de Junts en el espacio soberanista de derechas.

Sino que abre una incógnita de calado que podría poner en jaque al Gobierno de Pedro Sánchez.

“La única manera de derribar a Sánchez es que en Cataluña desaparezcan los apoyos independentistas”, admiten a elcierredigital.com fuentes próximas a la Moncloa.

Y añaden: “Si Orriols sigue creciendo, Junts y Esquerra pierden peso, y con ellos perdemos el Gobierno”.

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