Moncloa organiza un acto central en noviembre con motivo del medio siglo de la muerte del dictador.

¿Es una trampa para Palacio? Desde luego que la situación es incómoda.

El Rey Felipe y Pedro Sánchez, en la 80 Asamblea General de la 

Cada vez cobra más fuerza la hipótesis de que Juan Carlos I no estará presente en el acto conmemorativo que prepara el Gobierno para noviembre, dentro del calendario de más de cien eventos previstos con motivo del 50º aniversario de la muerte de Francisco Franco. Y no es casual.

En Zarzuela se inclinan por el “no”, y lo hacen con una mezcla de prudencia y desconfianza hacia lo que interpretan como una trampa política urdida desde Moncloa.

El calendario no ayuda.

El Emérito ultima el lanzamiento de sus memorias, escritas junto a la periodista francesa Laurence Debray, que Planeta publicará en España a principios de diciembre, justo después de su estreno en Francia el 12 de noviembre.

La coincidencia podría provocar una sobreexposición pública en un momento en el que su figura sigue siendo objeto de polémica tras los escándalos fiscales y financieros que empañaron su final de reinado. En Zarzuela nadie quiere abrir otro frente.

Según publica el portal Monarquía Confidencial, y ha podido también confirmarlo ESdiario, de puertas afuera, la Casa del Rey responde con evasivas: “cuando estemos más cerca de la fecha, se anunciará lo que sea”.

Pero tras esa frase cortante se esconde el malestar por lo que consideran un obsequio envenenado: invitar a Juan Carlos I a un homenaje sobre la monarquía en plena Transición y dejar que sea la Corona quien asuma el coste político.

El Gobierno, consciente de que el Rey Emérito es “radioactivo” para su base electoral, se lava las manos y traslada toda la responsabilidad a Zarzuela.

Pero la maniobra llega en un contexto cargado: tal y como ha venido publicando ESdiario a lo largo de esta semana, las últimas tensiones entre Moncloa y la Casa Real, con TVE convertida en ariete contra la Corona —desde el arrinconamiento de Audiencia Abierta hasta la polémica parodia de Buenafuente sobre el Rey Juan Carlos—, han deteriorado la relación institucional hasta niveles inéditos.

Felipe VI sí participará en el acto, titulado “La monarquía y la democracia”, pero el papel de su padre sigue en el aire.

Y de esa incógnita depende en buena medida el simbolismo de la jornada: un homenaje solemne o una nueva batalla política envenenada para la Corona.