Se revela el misterio sobre el accidente de Julio Iglesias: la verdadera causa de su lesión medular sorprende a todos y no está directamente relacionada con el choque, sino que proviene de un motivo impactante. Los detalles desconocidos aumentan la curiosidad y el atractivo de su historia, generando dudas y renovando el interés por la vida privada del famoso cantante|TH

El cantante tuvo un accidente de coche en 1962, que su exmánager niega, pero fue un tumor mal tratado lo que provocó su parálisis

El cantante Julio Iglesias (Madrid, 23 septiembre 1943) vivió en el verano de 1962 un momento clave, que marcó su carrera profesional como futbolista del Real Madrid. Un suceso que luego le llevó a ser uno de los cantantes internacionales más reconocidos.

Concretamente, fue la noche de ese 22 de septiembre, justo el día antes de su 19 cumpleaños.

El coche que conducía, un Renault Alpine rojo descapotable, que le regaló su padre el doctor Iglesias Puga, se estrelló contra unos arbustos al norte de Madrid.

En concreto, en el entorno de la localidad de Majadahonda.

Este accidente truncó el sueño de Julio Iglesias de ser futbolista, pero no fue la causa que le dejó ‘paralítico’ durante un año y medio.

Este histórico coche se encuentra actualmente, como una ‘reliquia’, en el Museo del pueblo extremeño de Villafranca de los Barros, como se aprecia en esta publicación.
Publicación con el coche de Julio Iglesias.

El accidente fue recogido por la prensa del momento.

En el vehículo viajaban, junto a Iglesias, varios amigos.

Testigos que, a día de hoy, han reconocido el citado percance.

Un hecho que, sin embargo, ha desmentido públicamente quien fuera luego la persona de confianza del cantante, el periodista colombiano Fernán Martínez.

Según declaró este exmánager y publicista al programa ‘El tiempo justo‘: “Julio Iglesias mintió y se inventó el accidente de tráfico para ocultar que le diagnosticaron un tumor en una vértebra”.

Es decir, un osteoblastoma en la columna vertebral.

Según Fernán Martínez, “yo hablé con el doctor Urquiza, que fue quien le operó cuando Julio tenía 20 años.

Él era amigo del doctor Iglesias y me explicó que Julio tenía un tumor en la quinta vértebra.

Al removerse ese tumor, Julio quedó paralítico totalmente”, afirmó ante las cámaras de Mediaset.

“Eso es parte de la leyenda que él se va construyendo”, concluyó.

Mis investigaciones

Las investigaciones de este periodista, que hoy firma, al materializar mi libro ‘Isabel y Miguel: 50 años de España’ (La Esfera de los libros, 2014), retratan que sí se recogió ese accidente por la prensa de la época.

Y, aunque en determinadas páginas, se indicaba que ‘Julio Iglesias fue llevado a la clínica Eloy Gonzalo y pasó allí varias horas’, todos los pasajeros del vehículo salieron ilesos.

Precisamente, en las páginas de la época no se recoge parte policial alguno.

Por aquel entonces Julio  Iglesias ya estaba bajo la disciplina del Real Madrid.

Fue el gran guardameta Ricardo Zamora, quien dio el visto bueno a que Iglesias pasara las pruebas de acceso al equipo en 1959.

Julio se convirtió en portero del Juvenil B merengue.

Según cuenta Ignacio Peyró en su libro ‘El español que enamoró al mundo’, “Julio Iglesias llegó a compartir vestuario con futbolistas que luego serían leyendas del club, como Velázquez, De Felipe o Grosso.

También se dice que le paró un penalti a Di Stéfano en un entrenamiento.

Este fue probablemente su momento de mayor gloria futbolística”, señala el escritor.

Dicen los cronistas de entonces que Julio tenía talento, pero que le faltaba disciplina.

Iglesias apuntaba maneras para poder pasar al primer equipo blanco, aunque en la demarcación de guardameta ya sobresalía sobremanera el gran Jose Araquistain, el portero vasco del equipo yeyé.

Como dice su exmanager Fernán Martínez, y en eso parece tener razón y pruebas, fue a partir de aquella fecha cuando la leyenda se apropió de la verdad.

Y siempre se dio por hecho que el accidente de coche que Iglesias sufrió en septiembre de 1962 truncó para siempre su carrera futbolística.

Pero no fue así, de ese accidente salió ileso, como los amigos que le acompañaban, tras una noche de fiesta de cumpleaños en Majadahonda.

Lo que sí parece estar contrastado es que a partir de ese accidente menor Julio Iglesias no podía caminar.

Tenía un tumor quístico que comprimía su sistema medular.

Julio Iglesias. | Europa Press

Debido a su grave estado de salud, el tumor parece que fue considerado como maligno.

Por entonces, no había los avanzados medios sanitarios de ahora.

Y el tumor fue tratado con radiación.

Un tratamiento que en vez de mejorar su salud, empeoró el estado de Julio iglesias.

El cantante luego fue operado por el doctor Urquiza.

Y, posteriormente, se quedó bajo las órdenes del galeno Blanco Argüelles, también muy amigo del doctor Iglesias Puga.

Según los expertos consultados por elcierredigital.com, “estos tumores pueden surgir por causa genética o el propio envejecimiento. Pero también por haber sufrido traumatismos previos.

E Iglesias sufrió un accidente.

Puede ser que ese osteoblastoma se fuera formando de manera incipiente, como una célula muy pequeña.

Y hubiese ido progresando debido a aquel accidente que tuvo y aquel traumatismo”, señalan los médicos.

Julio Iglesias en un montaje con un hospital detrás.

Según estos mismos médicos, “el osteoblastoma en la columna vertebral suele complicar la situación e ir unido a la salida de las raíces nerviosas de la columna.

Estas raíces son las que van hacia los miembros inferiores.

En muchos casos se detecta casualmente en una radiografía o una resonancia.

No obstante, también puede generar dolor y dificultad en la movilidad, lo que ayuda a detectarlo”, recalcan.

Hasta el momento, Julio Iglesias nunca se ha pronunciado al respecto.

Así pues, todavía es una incógnita la causa real de su dolencia, el tratamiento médico que recibió y las opciones que le dieron entonces los médicos.

Aproximadamente, el osteoblastoma supone el uno por ciento de todos los tumores óseos primarios.

Una vida que no sigue igual

Julio Iglesias de la Cueva  nació por cesárea en Madrid a las dos de la tarde del 23 de septiembre de 1943.

Su familia, burguesa acomodada y conservadora, la formaba su madre, Charo de la Cueva; su padre, el reconocido ginecólogo Julio Iglesias Puga; y su hermano pequeño, Carlos.

Su infancia trascurrió plácidamente en el barrio madrileño de Argüelles, en un hogar típico de la derecha española de esos años: un piso grande sin ostentaciones en el centro de Madrid.

Julio estudió el bachillerato en los Sagrados Corazones.

Julio Iglesias en los escenarios.

Desde pequeño le gustaba practicar el balompié y jugaba como guardameta, pero su familia se opuso a que por el deporte abandonara sus estudios.

Su padre siempre deseó que su hijo siguiera la carrera de diplomático, que era su gran ilusión.

Quizá por eso Julio ‘eligió’ la carrera de Derecho, que empezó en el CEU de Madrid y terminó en la Universidad de Murcia.

La cosa fue que le quedó colgada una asignatura, la de Derecho Internacional Privado.

Y hasta hace tan solo dos décadas no la aprobó.

Ya entrada la década de los 2000 fue cuando obtuvo su licenciatura en Derecho.

A pesar de los deseos de su padre, Julito terminó siendo cantante.

Una profesión que empezó a verla  como su futuro cuando estuvo meses y meses en cama.

No por su accidente de coche, sino por la tumoración y la paraplejía parcial que le produjo ese tumor en la columna.

‘Papuchi’  su gran apoyo

En la vida de Julio Iglesias, la imagen de su padre, el doctor Iglesias Puga, siempre ha tenido una importancia trascendental.

Para su hermano Carlos siempre la tuvo su madre, Charo.

Su padre, conocido como ‘Papuchi’, fue su alma. Su valedor para recuperar sus movimientos. Su verdadero apoyo para salir adelante y triunfar en 1968 como cantante.

En esas fechas, Julio ya era todo un conquistador de jóvenes adolescentes que enamoraba a través de las letras de sus melódicas canciones.

Se había convertido en el cantante de moda de aquellos momentos.

Venía de ganar el Festival de Benidorm con la canción “La vida sigue igual” y representaría a España en el Festival de Eurovisión que se celebraría en marzo de ese mismo año en Ámsterdam.
El doctor Iglesias Puga.

Julito ya había conocido el  amor en brazos de una guapa hija de un diplomático, Gwendoline (Jane Harrington), con la que coincidió en su etapa de Londres.

En la capital londinense cantaba por las calles y en algunos pubs, como el Airport Pub.

Esta relación con Gwendoline supuso para él, según sus propias palabras, “el amor verdadero y sincero, sin limitaciones”.

Una chica a la que dedicó una de sus más conocidas canciones que llevó por título su nombre.

Y con la que representó a España en el Festival de Eurovisión del año 1970.

Pero, ese play boy de la época quedó meses después cautivado por Isabel Preysler, la joven filipina que había llegado a España un año antes, en 1969.

Y Julio rompió con su “amor verdadero” para unirse locamente a la hermosa mujer que marcaría ya su vida.

Ahora, a sus 82 años, Julio Iglesias sigue siendo un luchador contra las circunstancias adversas.

Lleva ya un buen tiempo alejado de los focos.

Hasta hace poco permanecía en Miami centrado en su ‘biopic’ para Netflix.

En elcierredigital.com hemos contactado con el doctor Luis Montel, experto en estos casos, para conocer los riesgos y el comportamiento futuro de este tumor benigno que marcó la carrera del cantante madrileño.

“Debido a la edad que tiene y la zona donde se le detectó, Julio Iglesias afronta un futuro complicado.

A su avanzada edad el cuerpo no tiene los mismos recursos vitales que una persona joven.

Y sus problemas de movilidad se acrecentarán considerablemente”, observa el doctor Montel.

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