Un detalle inesperado en la visita de los reyes a Egipto ha generado debate y numerosos comentarios públicos
Los reyes de España han protagonizado una visita de Estado a Egipto que incluyó una cita muy especial en las pirámides de Guiza.
La cena con el presidente Abdel Fattah el-Sisi y su esposa se convirtió en uno de los momentos más esperados del viaje.
Sin embargo, lo que debía ser una velada impecable acabó marcada por un inesperado debate.
Las imágenes compartidas por la Casa Real pretendían mostrar la majestuosidad del enclave y la complicidad de la pareja real.
Pero lejos de recibir alabanzas, las fotografías despertaron críticas inmediatas en redes sociales y medios digitales.
Los reyes refuerzan la cooperación bilateral en su viaje a Egipto
Una velada privada junto a las pirámides
El itinerario oficial no incluía una parada en Guiza, pero la invitación del presidente egipcio lo convirtió en el broche de oro de la jornada.
Felipe VI y Letizia disfrutaron de una cena íntima en el restaurante Mena House, famoso por sus vistas nocturnas.
Desde allí, contemplaron la silueta iluminada de Keops, Kefrén y Micerinos.
El recorrido se completó con una visita guiada a la esfinge y a la pirámide de Keops.
El monarca, que nunca había estado en El Cairo, mostró su entusiasmo por conocer de primera mano uno de los grandes símbolos de la antigüedad.
La reina, por su parte, eligió un vestido azul que marcó contraste con el estilismo de la jornada.
La velada buscaba reforzar los vínculos diplomáticos entre ambos países en un ambiente relajado y cercano.
La presencia del mandatario egipcio y su esposa añadió solemnidad a un acto cargado de simbolismo.
Sin embargo, el protagonismo acabaría desviándose hacia un detalle imprevisto.
Las críticas por las fotografías oficiales
Las imágenes difundidas por la Casa Real fueron recibidas con gran expectación en España.
Pero la sorpresa llegó al comprobar la escasa calidad técnica de los retratos, que no reflejaban la magnitud del lugar.
La falta de nitidez y la escasa iluminación desataron un aluvión de comentarios negativos.
Los comentarios en redes sociales calificaron las fotos de “impropias de un acto de Estado” y lamentaron que un momento tan icónico no quedara retratado a la altura.
Algunos llegaron a compararlas con imágenes tomadas por aficionados, cuestionando la falta de cuidado en la difusión oficial.
El contraste entre la importancia del escenario y el resultado final avivó la polémica.
La situación ha llevado a expertos en comunicación a subrayar la necesidad de cuidar cada detalle en este tipo de visitas.
Señalan que la imagen proyectada por la monarquía no depende solo de la agenda, sino también de la calidad del material que se comparte.
En esta ocasión, el debate superó incluso el interés por el propio acto diplomático.
Los reyes refuerzan la cooperación bilateral en su viaje a Egipto
Una visita con repercusión diplomática
Más allá de la controversia fotográfica, la jornada tuvo un fuerte componente institucional.
Los reyes fueron recibidos con honores en el Palacio de Al-Ittihadiy, donde se celebraron reuniones bilaterales y un almuerzo de Estado.
También rindieron homenaje en el monumento al Soldado Desconocido.
El viaje incluyó además la revisión de un proyecto de iluminación de las pirámides y de otros enclaves, desarrollado por empresas españolas.
Con una inversión de 10,5 millones de euros, el plan refuerza la presencia tecnológica de España en Egipto.
La visita a Luxor, prevista en la agenda, completa el recorrido por las principales joyas arqueológicas.
Pese a las críticas, la Casa Real mantiene el mensaje de que la visita ha servido para estrechar lazos.
La cena en Guiza, aunque empañada por la polémica, quedará como uno de los recuerdos más simbólicos de este viaje de Estado.
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