La abogada se sentaba en ‘Y ahora Sonsoles’ y concedía su primera entrevista tras ser madre por segunda vez analizando todo su proceso de recuperación.
Lourdes Montes
El 2025 llegaba para Fran Rivera y Lourdes Montes llenos de buenos momentos y noticias. La familia daba la bienvenida al pequeño Nicolás, su segundo hijo en común.
En abril de ese año recibía al pequeño después de haberlo buscado durante mucho tiempo y no haberlo conseguido.
Carmen, la segunda hija del torero y la primera de la diseñadora, nacía en 2015 y no tenían pensado que existiera esa diferencia.
Sin embargo, la vida y las circunstancias así lo hacían y ahora se encuentra afrontando un postparto difícil.
La abogada se convertía en madre de nuevo con 41 años, una experiencia como ella misma entiende distinta a cuando lo fue con algo más de 30. Ha sentido que en esta ocasión el postparto le ha afectado de forma diferente.
“Estaba tan concienciada de que no iba a tener otro que me ha costado.
Es verdad que lo de las mujeres pues oyes, depresión postparto hay gente que no lo entiende y yo era un poco de esa opinión porque he disfrutado mucho de mis niños”, intentaba explicar en ‘Y ahora Sonsoles’ sobre ese proceso por el que ahora ha transitado y que comprende de otra forma.
Lourdes Montes en su entrevista en televisión
‘Y ahora Sonsoles’. Antena 3
“Cuando te coge en el momento que no es el tuyo es muy difícil. Hay que ser comprensivos.
Las hormonas son un horror, estas cansada y te coge con tus niños ya autónomos”, recuerda de esas semanas de incertidumbre después de haberse convertido en madre.
“La palabra depresión hay que tenerle mucho respeto y yo no, estuve un poco descolocada, fuera del momento.
Cada día estoy más feliz desde entonces”, confiesa en su entrevista televisiva.
Una familia numerosa siempre contando con Tana Rivera
Fran Rivera ya había sido padre con anterioridad junto a Eugenia Martínez de Irujo.
Tana Rivera tenía a la llegada de Lourdes Montes a la vida de su padre unos 10 años. La diseñadora era consciente de que la situación podría no ser tan sencilla como se había planteado.
Nada más lejos de la realidad, desde el principio supo que iba a ser muy sencillo formar una gran familia todos juntos.
Tana Rivera, Lourdes Montes y Fran Rivera en un evento de gala
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“Fran cuando se separó se agarro a Tana. Es preciosa y muy íntima.
Como niña de 10 años que pronto llegue una novia y podría haberme dicho algo y jamás, nunca me ha puesto un problema o una mala cara”, le dedica muy orgullosa de lo que han conseguido.
Es para ella una niña perfecta, “muy buena persona” y no tendría jamás nada que reprocharle.
“Tenía muy claro que lo quería era que estuviera cómoda y que no iba a avasallarla”, explicaba sobre lo que pensó entonces que podría ser lo más adecuado.
Con su madre, la hija de la Duquesa de Alba, la situación era parecida. Aunque no mantienen relación diaria, nunca han supuesto un problema para ninguna.
“Eugenia conmigo nunca ha hecho campaña negativa ni ha puesto Tana en mi contra, ha sido estupenda y no me puedo quejar”, tiene muy seguro de todos los años que han pasado desde que se casaran.
Era algo que además esperaba que se produjera así porque nada hacia en su entorno entender que podría haber problemas entre todos ellos. “Siempre pensé en que iba a ser lo que ella quisiera que fuera.
No dije ‘quiero ser esto’. Cuando conocí a Fran había pasado mucho tiempo de la separación”, explica recordando que, también, las cosas ya eran muy diferentes de cómo podrían haber sido en épocas pasadas tras su separación.
Las ausencias que más han marcado a la pareja
Tanto Fran Rivera como Lourdes Montes han vivido grandes pérdidas desde que eran pequeños.
La diseñadora se despedía de su padre con tan solo 11 años y el extorero sufría la muerte de su padre y de su madre en diferentes etapas.
El recuerdo de los momentos les ha dado aún más fuerza de afrontar la familia que ahora son y han podido forjar.
“Fran sigue hablando de su madre. Las cosas que más la representaban sí que la echa de menos.
Se ha quedado con lo buenos y creo que es lo más inteligente”, recuerda de la ausencia de Carmina Ordoñez.
A su padre Paquirri lo tiene presente también cada día, “lo echa de menos en todo, su vida hubiera sido tan diferente si lo hubiera tenido.
Le ha marcado muchísimo”.
Siente que, aunque hayan compartido experiencias vitales similares, el papel de su marido siempre ha sido muy determinante en todo su entorno después de quedarse junto a sus hermanos sin sus padres.
“Lo de Fran es más profundo que lo mío. Él con la profesión que ha tenido, piensa mucho en él y ha sido siempre cabeza de familia.
Me da mucha pena que cargara con tanto peso desde tan joven“, reconoce entristecida recordando alguno de esos momentos que habrán hablado y recordado en numerosas ocasiones.