Infanta Sofía: “Ya sé que no soy nadie”, el príncipe Christian de Dinamarca la fulmina

El desastre de imagen, protocolario y de rango de Sofía, la hija de 18 años de los reyes, en evidencia por el príncipe danés

Zarzuela está obsoleta, una palabra que aplicada a una monarquía es muy peligroso.

Si los reyes y princesas en Europa son no ya de otro siglo sino de otra época (medieval), cada Casa Real debe hacer esfuerzos para actualizarse.

En Dinamarca han hecho dos gestos: la abdicación de la reina Margarita no por escándalos financieros como Juan Carlos sino para asegurarse la sucesión evitando el divorcio entre Federico y Mary, después de pillar al futuro rey con una amante venezolana en Madrid, Genoveva Casanova.

El otro gesto es empezar a preparar al próximo rey, el príncipe Christian, el único chico entre los futuros monarcas, rodeado de princesas, de Leonor a Elisabeth de Bélgica, Ingrid de Noruega o Victoria de Suecia.

Cristian acaba de cumplir 20 años y en lugar de disfrazarlo de militar va de civil, de chico normal, para acercarlo a los ciudadanos.

Leonor, que cumplirá 20 años dentro de dos semanas, sigue vistiendo de militar incluso cuando Felipe VI va de civil en pleno 12-O. Un desastre de imagen.

La princesa saludó a las autoridades civiles del Estado disfrazada de militar, una impostura que no exigieron ni al jefe de las Fuerzas Armadas, su padre.

El contraste de indumentaria entre la elegancia natural y la sobriedad del príncipe danés es aún mayor con la infanta Sofía.

Este Día de la Hispanidad decidió que la vestirían como si fuera su abuela Sofía, con una capa negra y un vestido negro que en lugar de celebrar el Día Nacional parecía que asistiera a un funeral de Estado. Lo que murió es su imagen.

Fatal. Lo ha destacado Pilar Eyre en su artículo sobre la infanta Sofía en Lecturas: “No se la notaba a gusto con su vestido ni, sobre todo, con una capa que ninguna chica de 18 años debería llevar. 

Una capa inexplicable, una horrorosa prenda, negra y larga, de tela rígida y cortes verticales, más capa de tuno o sotana de cura antiguo. no saben cómo vestirla.

Que dejen de ponerle prendas extravagantes o trajecitos de lunares blancos y negros como una señora mayor ¿Por qué se intenta siempre afearla con la ropa?”. La respuesta es clara, quieren eclipsarla en favor de Leonor y de Letizia, que mirándose al espejo exclama “¿Quién es la más guapa del reino?”.

Eyre analiza no solo la indumentaria de Sofía sino su papel en el besamanos con las autoridades saludando a los cuatro de la Familia Real en fila.

Sofía y su rol residual, ridículo, como si les estorbase: “Cuando tocaba estrechar la mano de Sofía todos apretaban el paso y miraban hacia otro lado, como sin darle importancia.

Y Sofía, que es una chica observadora y sensible, se daba cuenta y ella también trataba de no entretenerlos, pero su cara era un poema. 

Su expresión corporal decía “no hace falta que se detengan, ya sé que no soy nadie”. Es alguien, pero la quieren eclipsada.