De la pasión a la traición: la historia oculta del amor entre Mar Flores y Alessandro Lequio. Fotos, engaños, intereses ocultos asegurados y un triángulo amoroso, todo ha salido a la luz tras décadas de secretismo, causando enorme sorpresa pública y dejando más preguntas que respuestas sobre lo que Mar Flores ha revelado en sus memorias.(NQ)

La intrahistoria de amor y traición de Mar Flores y Alessandro Lequio: unas fotos, un engaño, un triángulo y la familia Obregón.

 

 

 

 

 

 

El conde Lequio no ha tardado en desmentir algunos pasajes de las memorias de Mar: “Si todo eso que cuenta pasó de veras, debo haber vivido en una realidad paralela”.

 

 

 

 

 

 

 

 

Mar Flores asegura que no ha escrito sus memorias con intención de señalar a nadie ni abrir guerras pasadas pero las respuestas a su versión de la historia no han tardado en llegar.

 

 

El primero en hablar ha sido Alessandro Lequio, que ha desmontado algunos de los episodios que cuenta la exmodelo en su libro.

 

 

Mar Flores no miente, simplemente recuerda las cosas como le habría gustado que pasaran.

 

 

Si todo eso que cuenta pasó de veras, debo de haber vivido en una realidad paralela”, dijo el conde en ‘Vamos a ver’.

 

 

Según Mar, Lequio llegó a su vida en un momento crítico para ella.

 

 

Era la época en que, según cuenta, su exmarido, Carlo Costanzia, se había llevado a su hijo Carlo a Turín sin su consentimiento y ella no tenía ni idea de dónde estaba el niño.

 

 

Mar relata que conoció a Lequio durante un desfile en A Coruña donde trabajaban de modelos y que este se acercó a ella y le dijo que podía encontrar a su hijo.

 

 

 

 

 

“Alessandro me dijo: ‘Mar, yo sé dónde está tu niño. Soy amigo de tu exmarido y sé perfectamente dónde está tu hijo.

 

 

Yo tengo un hijo, Aless, que tiene la misma edad que tu pequeño y juegan juntos cada domingo en Turín”, escribe en ‘Mar en clama’.

 

 

Lequio dice que no recuerda haber ayudado a Mar en el asunto de su hijo.

 

 

Lo que sí tiene claro es que se conocían desde mucho tiempo antes de ese desfile.

 

 

 

Los presentó Sofía Mazagatos, con quien Lequio había tenido “un mini affaire” antes.

 

Esta información la confirmó la misma Sofía en 2013 en un ‘Deluxe’, en el que aseguró que fue Mar quien le pidió que le presentara a Lequio estado ya con Fernández Tapias “porque le divertía mucho conocerle”.

 

Sofía aseguró entonces que también fue ella quien le presentó a Fernández Tapias, que era un gran amigo suyo, a Mar.

Los intereses de Mar Flores.

 

 

A finales de 1996 se publicaron unas fotos de Mar y Fernández Tapias en Saint Moritz (Suiza) que confirmaban la relación, y dos meses después vieron la luz otras fotos de Mar besando a Lequio en Roma.

 

 

Mar defiende a capa y espada que no simultaneó ambas relaciones y que era una mujer libre cuando se dejó caer en los brazos de Lequio.

 

 

“Es mentira que yo traicionara a Fernández Tapias con Lequio”, asegura en el libro.

 

 

Lequio sostiene que Mar le informó puntualmente de los detalles del viaje a Saint Moritz para que le hicieran fotos junto al empresario, que entonces aún estaba casado con Juana García-Courel.

 

 

 

 

 

Mar quería que esa relación saliera a la calle y también quería rentabilizarla”, asegura Lequio.

 

 

El conde también incide: “Yo era el único soltero en aquella relación.

 

 

El asunto ocupó horas de televisión y radio y páginas de revistas porque Mar le estaba siendo infiel a uno de los hombres más poderosos de España”.

 

 

Lequio reconoce que se enamoró perdidamente de ella y que le tendió una trampa para que su romance dejara de ser secreto y provocar así la ruptura con Fernández Tapias.

 

 

El conde revela que en cuanto se publicaron las fotos de su beso en Roma le confesó a la modelo: “Mar, esto lo he hecho yo porque quiero que rompas con Fernando”.

 

 

Afirma que Fernández Tapias se llevó el disgusto de su vida cuando su romance con Mar salió a la luz. “Las fotos de la farola de Roma fueron un golpe durísimo para Fernández Tapias”.

 

 

 

Un triángulo y los Obregón.

 

 

 

En el libro, Mar se pregunta de forma cándida por qué Ana Obregón le tiene tanta animadversión, si cuando empezó su romance con Lequio ellos ya no estaban juntos [Ana y Lequio se separaron en 1994 porque Ana descubrió una infidelidad del conde con la azafata Silvia Tinao].

 

 

Lo cierto es que Ana tenía otro vínculo con el polémico triángulo amoroso que no era Lequio sino Fernández Tapias, ya que este era muy amigo del padre de Ana.

 

 

 

 

Alessandro asegura que intentó advertir al empresario a través de Ana de que Mar jugaba a dos bandas: “Me consta que en una cena, estando Ana Obregón delante, se le dijo [a Fernández Tapias].

 

 

“Oye Fernando, que la niña con la que estás saliendo también sale con el padre de mi nieto. La respuesta fue: ‘¡Pero cómo va a salir con ese que no tiene ni un duro!”.

 

 

 

La peor traición.

 

 

 

La vida de Mar Flores tiene muchos puntos de inflexión. El más duro tiene una fecha concreta: enero de 1999, cuando una revista publica unas fotos íntimas de ella con Alessandro Lequio tomadas dos años atrás.

 

 

En ese momento, Mar tenía una relación con Cayetano Martínez de Irujo.

 

 

La habían confirmado ante los ojos de todo el país en la boda de Eugenia Martínez de Irujo con Fran Rivera.

 

 

Esas fotos confirmarían, supuestamente, que Mar gozaba de su romance con el conde Lequio mientras tenía una relación con Fernández Tapias.

 

 

 

 

 

 

Esta historia del pasado volvía para atormentar a Mar en uno de sus momentos más felices.

 

 

Mar asegura que esas fotos se tomaron de forma consentida pero que, tras romper, Lequio se comprometió a devolverle todas las copias que existieran y que no lo hizo y en cambio las vendió a la revista que acabaría publicándolas.

 

 

 

“Alessandro me engañó, vendieron las fotos. Lequio fue cruel y despiadado, injusto”.

 

 

Mar habla de cuatro personas implicadas en esta traición, los llama “los 4 jinetes del apocalipsis”, entre ellos podría estar su exmarido que tenía hacia ella “un rencor visceral” pero Lequio niega haber conspirado con Costanzia en contra de ella.

 

 

“Yo voy por libre, yo no hablo con nadie”, sentencia. Lo cierto es que la situación pasó una grave factura a Mar, que tuvo que ser ingresada en el hospital de La Paz por una crisis nerviosa días después y su relación con Cayetano no sobrevivió al escándalo.

 

 

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